martes, febrero 10

La verdadera audacia del contrapoder


Roberto Saviano, periodista italiano.
Tomado de www.esferainformativa.com
Tiene 29 años y está condenado a muerte. Vive, desde el 2007, rodeado de seguridad. No puede ni siquiera usar una tarjeta de crédito y él mismo dice que su vida tendrá un rápido fin. "Sé que acabarán conmigo. Tarde o temprano lo harán".
El que anticipa su final -que sabe de memoria que sus implacables cazadores tienen 100 kilos de TNT y un generoso arsenal de metralletas y pistolas- es un periodista napolitano: Roberto Saviano. Su cabeza está pedida por haberse atrevido a publicar en el 2006 un libro, Gomorra, que tuvo un éxito implacable en las librerías de Italia y el mundo entero, pero sobre todo en mostrar las miserias de la mafia napolitana, la famosa Camorra, e ir más allá, en su propia tierra, al exponer ante el mundo que ese concepto de bandoleros Robin Hoods que solo a veces asesinaban, había mutado a una poderosa organización con ramificaciones internacionales que controla el negocio de la droga y algunas otras industrias del terror.
Múltiples premios no cambian la vida de Saviano. Es una "no vida", como se la calificó en un perfil entrevista que le realizó diario El País hace pocos días, al acompañarlo en una de sus jornadas diarias en las que cinco oficiales de seguridad élite lo acompañan hasta para el más mínimo movimiento que un ser humano pueda hacer. Está encerrado en sí mismo. Este héroe nacional, como lo ha llamado Umberto Eco, está preso en vida por contar.
Pero él aún desafía ese destino que advierte que lo va a atrapar. "Contar es resistir" dijo hace poco al recibir un premio más: el Vázquez Montalbán. Por eso, por esa resistencia que comenzó con sus relatos de Gomorra, su propio gobierno lo considera un ícono de la libertad de expresión, al punto que la guardia permanente fue una obligación estatal para el Ministro del Interior italiano, porque lo que estaba en juego era la libertad de expresarse frente a un poder que quiere deslegitimar y callar todo a punta de pistola y de compra de conciencias.


Gomorra, edición en español. En Italia ha vendido
más de 2 millones de copias y se la ha traducido en 33 idiomas.
Tomado de www.robertosaviano.it
Saviano es la imagen viva de lo que es la audacia del contrapoder en el periodismo. Ese que se juega la vida -no solo porque una pistola pagada lo puede estar esperando en cualquier sitio al que vaya- sino porque literalmente su realidad se transformó al decidir contar. Su novia lo dejó, sus amigos lo abandonaron, sus paisanos lo acusaron de traidor, su familia está desmembrada. Hoy, su mayor contacto con su mundo (o lo que queda de él), es su celular y la posibilidad de mensajear con él. O también la virtualidad de Facebook, donde los jóvenes que lo admiran le envían mensajes de apoyo.
Saviano lo sabe. Sabe que su vida está destruida. Que, como lo cuenta en El País, a veces se desespera dentro de su habitación y da puñetazos en las cuatro paredes que lo encierran.
Pero sabe también que lo que hizo es un ejemplo, de esos que perduran. De esos que dejan huella y que cambian cosas. Porque contar, porque ejercer ese contrapoder periodístico necesario en la sociedad, tiene sentido. Debe tenerlo.
"Contar la verdad me ha ayudado a alejar las sombras que tenía encima y dentro. En parte han ganado ellos, por hacerme vivir así. Pero por otro lado han perdido. En Facebook hay miles de jóvenes discutiendo sobre la Camorra. Me han destruido la vida, pero lo que yo he hecho ya no es mío. Es de los niños".

1 comentario:

Anónimo dijo...

No se si sea audacia, ingenuidad o medio masoquista, por que este periodista Saviano, sabia a que atenerse si sacaba a la luz tan espeluznante historia.

Italia es conocida en el mundo x sus famosas mafias, y nadie, a menos que las tenga nervios de acero, y las b...bien puestas es capaz de enfrentarseles.....y aqui aparece el dilema, escribo en honor a la verdad aun sabiendo mi suerte, o calló y vivo 100 años, ...lo que pasa es que muchos no nacemos con aspiraciones de martir o heroes .....entonces para mi lo que este chico hizo, es para sacarse el sombrero.
Pero ningun premio vale tanto, como para vivir con la muerte esperandote a la vuelta de esquina....

AA