domingo, enero 31

El silencio y Tomás Eloy

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Tomado de www.elpais.com
Ha muerto Tomás Eloy Martínez. A sus 75 años, batallando hasta el final contra ese enemigo que tiene muchas más armas que cualquiera: el cáncer. Ese, el que se lleva casi siempre a uno que otro familiar y que se esconde -agazapado entre las sombras de los futuros quizás- con el deseo de alguna remota vez taladrar también sobre nosotros su dolor.
Ha muerto Tomás Eloy, el periodista, el novelista, el ensayista. El hombre que caminó entre la realidad y la ficción. El argentino apasionado por el oficio, por tratar de apostar siempre por la palabra, por la búsqueda del relato como la mejor forma de conectarse con ese público que la mayoría de las veces quiere que le expliquen el mundo solventemente, pero como lo hacían los abuelos. De forma simple, sin arrogancias ni tecnicismos.
"(...) Si los lectores no encuentran todos los días, en los periódicos que leen, una crónica, una sola crónica que los hipnotice tanto como para que lleguen tarde a sus trabajos o como para que se les queme el pan en la tostadora del desayuno, entonces no tendremos por qué echarles la culpa a la televisión o a internet de los eventuales fracasos, sino a nuestra propia falta de fe en la inteligencia de los lectores".
Así visualizaba Tomás Eloy al oficio. Quiero dejarles algunas de sus frases con relación al silencio, en este maravilloso texto del 2001. Son tan precisas para nuestra Latinoamérica que se debate con un poder que busca mecanismos del siglo XXI para silenciar a ese periodismo de contrapoder del siglo XXI.

"Es verdad que, en algunos casos, la brutalidad o la tontería del Poder imponen la retórica excluyente del silencio. Para poder hablar después hay que sobrevivir ahora. Esa fue la desgarradora alternativa que afrontaron los internados de los campos de concentración, donde quiera existieron esos campos: en Auschwitz, en la isla Dawson, en los chupaderos de Buenos Aires. ¿Enfrentarse al Poder con la certeza de la derrota o fingir resignación ante el Poder para dar luego testimonio de la ignominia? Pero cuando el silencio dura demasiado tiempo, la palabra corre el riesgo de contaminarse, de volverse cómplice. Para hablar hace falta valor, y para tener valor hace falta tener valores. Sin valores, más vale callar".

"Hace casi dos décadas, a medida que se iba reconquistando la democracia en Brasil, Uruguay, Argentina, Chile y Bolivia, algunos periodistas pensaron que debían callar los errores de los gobiernos recién elegidos porque la sombra de las dictaduras militares todavía se alzaba en el horizonte y señalar los tropiezos de algo por lo que tanto se había luchado y que era tan fresco aún, tan inmaduro, equivalía a una traición. Para cuidar la democracia, se pensaba, era preciso disimular sus pasos en falso. Y sin embargo, nada es menos democrático que callar. ¿Qué sentido tendría proteger la democracia privándola de su razón de ser: la libertad de pensar, de expresar, de saber? ¿Para qué querer algo que no nos atrevemos a vivir?"
"Una de las peores afrentas a la inteligencia humana es que sigamos siendo incapaces de construir una sociedad fundada por igual en la libertad y en la justicia. No me resigno a que se hable de libertad afirmando que para tenerla debemos sacrificar la justicia, ni que se prometa justicia admitiendo que para alcanzarla hay que amordazar la libertad. El hombre, que ha encontrado respuesta para los más complejos enigmas de la naturaleza, no puede fracasar ante ese problema de sentido común".
Consulta acá un muy buen resumen de la obra literaria de Tomás Eloy Martínez, sus artículos periodísticos y críticas.

miércoles, enero 27

Una revolución que ya tiene nombre: iPad

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Tomado de abc.es
Steve Jobs presentó hace poquito su secreto: el iPad, una computadora tipo tablet que, según las predicciones, será un punto vital para el cambio de venta de productos como los libros, periódicos y revistas.
¿Sus características? "El iPad tiene una pantalla sensible al tacto de 25 centímetros (9,7 pulgadas). Tiene un espesor de un centímetro y medio (media pulgada), pesa 680 gramos (1,5 libras) y viene con capacidad de memoria flash de 16, 32 o 64 gigabytes", reporta AP.
¿Su precio? Desde 499 dólares en los Estados Unidos. Con teclado incluido en la pantalla, la esperada y prometida revolución ya llegó. Veremos qué tanto despega (acá una generosa guía de Mashable, mientras hay los que no creen en el producto). Hoy, por lo pronto, Twitter y las diversas redes sociales vivieron un día de locura, de rumores iniciales y después de emoción por todo lo que el mundo de Apple significa para sus fanáticos.

martes, enero 26

La Apple Tablet y la "salvación" del periodismo

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Steve Jobs (1955), Director ejecutivo de Apple.
Tomado de www.touchuserguide.com
Una de las tantas versiones de cómo se vería la Apple Tablet.
Tomado de http://sciblogs.co.nz
Es una de las noticias tecnológicas que más ansiedad ha generado en años. Un sueño del pasado que tenía corte futurístico. Un coctel de Verne y Kubrick. Los fanáticos de Apple están entusiasmados al máximo con el nuevo juguete de Steve Jobs, quien dijo -según Techcrunch- que "será lo más importante que haya hecho en su vida".
Y eso, dada la genialidad y aportes del llamado iGod del mundo de la tecnología, es bastante. Muchísimo. La llamada Apple Tablet, que se presenta este 27 de enero en San Francisco, California, en realidad aún no tiene nombre. Todo lo que se ha dicho hasta ahora son solo rumores. Lo que sí ha estado en el ambiente de los que saben, es la aseveración de que lo que Jobs mostrará puede cambiar el destino de poderosas industrias y por ende la vida de cientos, de miles, de millones de personas en el mundo. En sus aspectos laborales y de rutina diaria.
Una computadora de pantalla táctil, del posible tamaño de una hoja de imprimir, una especie de dispositivo intermedio entre los smartphones y las netbooks (como lo describe esta nota de El Universal, de México). En resumen, un aparato estrella (del que supuestamente se han filtrado fotos), que revolucionará mercados y despertará a gigantes aletargados y golpeados.
Uno de esos gigantes es el periodismo. Hay quienes dicen que la Apple Tablet puede salvar a este titán anquilosado, que tiene tantos problemas causados por la maligna internet. Esa que le ha quitado lectores a los diarios tradicionales porque no se han sabido renovar. Y porque esos lectores, sabios, decidieron que si un periódico no les da un valor agregado, o no va más allá de los qués y se niega a explicarle su mundo de forma tal que pueda tomar decisiones, bien vale la pena leer gratis las noticias en la web.
¿Puede la Apple Tablet salvar al periodismo? se pregunta el blog Periodismo en las Américas de la Knight Foundation. Y cita a David Carr, de The New York Times, que se muestra entusiasmado con la presentación. Para él lo importante es que este aparato representa "la renovación del romance entre el material impreso y el lector". En otras palabras, la Apple Tablet puede lograr que volvamos a leer un texto como lo hemos hecho por siglos. Y eso, en resumen, puede significar que la experiencia de leer periódicos sea placentera si se la hace online (y que se pague por ella, como lo logró Apple y su iPod a través de iTunes Store cuando parecía que la industria musical estaba muerta). Ya lo hace el Kindle y otros lectores electrónicos, pero este producto, a todas luces, va más allá.
En horas se revelará el secreto. Este blog de lainformacion.com, escrito por Juan Antonio Giner, sigue paso a paso, desde San Francisco, la tabletmanía, como la han calificado.
¿Salvará al periodismo? Creo que la salvación no pasa por un aparato que, a no dudarlo, puede ayudar bastante. Al periodismo solo lo salva el buen periodismo. Ese que se seguirá publicando en un papel, en una Apple Tablet o en lo que su maravillosa imaginación quiera dibujar en un futuro de diez, veinte o cincuenta años. Ha sido así, siempre.

jueves, enero 21

Bajemos del pedestal

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Tomado de www.4.bp.blogspot.com

Samuel Zell tiene una pregunta tan difícil que no encuentra respuesta por ningún lado: ¿Cómo se puede convertir en dinero un premio Pulitzer?
Zell, propietario de los diarios Chicago Tribune y Los Angeles Times (62 premios Pulitzer entre los dos), es uno más de los ejecutivos de grandes medios que batallan para salir del hoyo financiero que tienen muchos grupos mediáticos del primer mundo por dos elementos que se juntaron para devastar: la crisis mundial y el clímax de un proceso en que internet se consolida como el medio más fácil para conseguir información. Y gratis.

La historia de Zell es una de las que comparto en estos días con unos cincuenta editores de Latinoamérica en el curso online El desafío y las oportunidades del periodismo digital del Centro de Periodismo Digital, un programa de administración conjunta entre la Universidad de Guadalajara y el International Center for Journalists (ICFJ).
Conocer, a través de foros, las diversas realidades periodísticas de Latinoamérica es cosechar ideas excelentes de qué hacer, en este momento capital en que el oficio está cambiando en sus formas, no en sus esencias. Hay muchas preguntas aún, escasas recetas absolutas del deber ser, lo que implica un camino virgen, inexplotado, listo para los periodistas creativos de la región que quieran adentrarse en él. ¿Se nos viene la hecatombe? ¿Qué aconsejan los editores latinoamericanos? Comparto cuatro puntos que creo esenciales:

1. Bajemos del pedestal. Necesitamos olvidarnos de ese periodismo soberbio, que no interactuaba con sus audiencias, que escasamente recibía una retroalimentación de lo que se hacía. Hoy la comunicación es de múltiples vías, de redes sociales.
2. El internet no es el futuro. Es el presente.
3. Los periodistas deben rastrear al máximo sus textos (hacerlos bien, como siempre), pero también seguir a las audiencias que consumen esos textos. Ser periodistas, pero también interesarse por el marketing y la tecnología.
4. El periodismo no desaparecerá. La necesidad de narradores capacitados que ordenen, intepreten y transmitan eficazamente los textos está garantizada. Los que desaparecerán son los periodistas que se anquilosen. Que no entiendan que hay un cambio. Que el futuro ya llegó.

sábado, enero 16

Miremos ese espejo de terror

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Tomado de www.ciperchile.cl
Las cifras son de escándalo: 11 periodistas muertos en el 2009; 57 desde el 2000. La situación del periodismo en México es "más que dramática", según lo denunció hace poco la organización Reporteros Sin Fronteras. El narcotráfico y el poder detrás de ese negocio de terror ha desembocado en un proceso crítico para los comunicadores de este país, sobre todo en las zonas con mayor influencia de los carteles de la droga.
"Tú solo tienes que informar. Ni investigas, ni opinas ni editorializas". La amenaza la escucha Juan Cuevas, al otro lado de la línea telefónica, según recoge un reporte de la AFP. Él, director de un diario del estado de Guerrero, sabe muy bien lo que es el que un narcotraficante lo llame y le quiera dar directrices. Como Cuevas, hay decenas de reportes de periódicos pequeños en los que el periodismo de investigación, a punta de una advertencia que dibuja una pistola en la cabeza, ha desaparecido.
Los informes hablan de redacciones de ciudades en las que la autocensura campea, de cadáveres de periodistas que un día pueden aparecer con un cartel que dice "esto me pasó por escribir lo que no se debe", o de periodistas que deciden abandonar el oficio.
La situación parece inverosímil cuando uno se detiene a reflexionar hasta qué punto el asunto es inmanejable cuando la Procuraduría General de la República ha creado una Fiscalía Especializada en Delitos contra Periodistas. O cuando se lee que la Asamblea Legislativa del Distrito Federal aprobó solicitar casi 800.000 dólares para montar este 2010 un programa de protección a periodistas que incluye la creación de una casa refugio para comunicadores amenazados y en riesgo.
¿Qué llevó a México a este doloroso trance? ¿Qué llevó a una parte de la sociedad mexicana a privarse de la posibilidad de una prensa libre que la informe sobre las podredumbres que la acechan? Me saltan estas dudas y me pongo a pensar en Ecuador, un país hasta hace muy poco vía de tránsito de la droga, pero que hoy, tras operativos policiales, ha demostrado ya visos de ser un productor de coca con laboratorios que ya no solo están en la frontera con Colombia, sino que llegan hasta la misma zona urbana de Guayaquil, algo impensado en el pasado reciente (la Policía decomisó casi 70 toneladas de droga el 2009, más del doble de las 30 del 2008).
Hay que mirarse en el espejo de México. La droga trae todo un proceso sufrido en Colombia, vigente en México (delincuencia organizada, extorsión, lavado, secuestro, sicariato...). Y también vomita amenazas a la prensa que quiere informar de ello con seriedad, analizando los procesos, tratando de entender el bosque en medio de las ramas.
Yo me pregunto por todos esos periodistas que están ajenos a los centros de poder tradicionales de Quito, Guayaquil o Cuenca. Todos esos reporteros que trabajan para medios pequeños que en algún momento intentarán tocar los temas espinosos. ¿Tienen alguna posibilidad real de ejercer, con la seguridad que debe garantizarles el Estado, un periodismo que hurgue en esos entresijos?
Miremos ese espejo mexicano. Ellos, algún día, tuvieron los atisbos de que algo grave se les venía. Y su clase política, aquella que ejecuta las políticas de seguridad, no reaccionó. O no quiso reaccionar.

jueves, enero 14

Hay formas de ayudar a Haití sin salir de casa

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Tomado de www.bbc.co.uk
Los tweets comenzaron a multiplicarse asombrosamente al saberse la noticia del terrible terremoto que ha devastado a Puerto Príncipe, la capital de Haití.
El país más pobre de Latinoamérica, azotado por su eterna escasez, tiene en cambio sobreabundancia de tragedias. Lo persiguen. Esta vez no lo torturó un huracán, sino que la tierra tembló, desbarató edificios y sepultó a miles.
De esos miles de tweets comenzaron a llamarme la atención aquellos que piden una ayuda que puede hacerse sin moverse de un asiento frente al computador. Se puede donar dinero para los damnificados sin salir de casa. Obviamente hay que tener cuidado de no ser engañado por estafadores virtuales, pero ya hay una lista de lugares confiables o formas sencillas (como envíos de mensajes de texto) para entregar un aporte pequeño para una tragedia que aún no puede dimensionarse cuán grande es. Y cuán grande será.
Mashable, ese blog que reacciona muchas veces más rápido que los grandes medios mundiales, tiene una lista excelente, completa, repleta de información de servicio para ayudar (véala acá). El Universo, de Ecuador, tiene un espacio que pregunta ¿Quieres ayudar a Haití? El País, de España, también tiene una lista para ayudar. La Conferencia Episcopal Ecuatoriana hará una colecta, en las misas, el próximo domingo 24 de enero. Otra forma de informarse para canalizar ayuda es uno de los trending topics en Twitter en este momento, que es #Help Haiti.
Y para entrar en terreno periodístico, esta tragedia ha demostrado una vez más que Twitter es una herramienta revolucionaria para aportar al periodismo de breaking news, como lo comparte Clases de Periodismo. Los que la vituperan aún, y también al aporte práctico que pueden dar redes sociales como Facebook, deberían leer este estudio de caso sobre la cobertura en vivo de la tragedia haitiana. Cuando los medios masivos no tenían acceso a la cobertura tradicional (no había teléfonos y por ende nula capacidad de transmisión), se apeló a la creatividad. "Teníamos un mapa. Eso era todo", dice el estudio de NetNative sobre lo que vivieron medios como Sky News. Lo que debe venir luego es creatividad pura. Esa que siempre se ha necesitado en el oficio. Con pluma, con máquina de escribir, con PCs o Smartphones. Así de simple.

domingo, enero 10

Los profetas van a la cárcel en Irán

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Tomado de www.adn.es

Parece que Mahmoud Ahmadineyad tuviera una visión religiosa del periodismo. Hace pocos meses dijo que los periodistas tienen una misión profética, según palabras que recoge el website oficial de la República Islámica Iraní.
Para el presidente de Irán, si los reporteros tratan de cubrir los eventos "sólidamente", "con precisión", "se evita incitar a la gente" y "se desea ayudar a la humanidad en la forma correcta", pues entonces ese trabajo se vuelve sensible y díficil, pero, al mismo tiempo, placentero y bien visto para Dios.
Es una visión religiosa que tiene su lado castigador. Porque en este país esos profetas de la palabra van a la cárcel. Sí, Irán retomó al iniciar el 2010 el liderazgo como el país con más periodistas presos en el mundo. Son 42. Lo dicen fuentes ajenas al gobierno iraní basados en reportes independientes del poder oficial, ese que no entrega informes, que no permite periodismo crítico. Que maneja totalitariamente la información a través de una maquinaria que no hace periodismo, sino propaganda.
Lo aseguran Reporteros sin Fronteras, la prensa europea, The Jerusalem Post, o el CPJ (Committee to Protect Journalists). Lo concreto es que hay periodistas presos. Presos por disentir. Presos por criticar. Presos por hacer una parte de su labor, fiscalizar al poder. Uno de ellos: Bahman Ahmadi Amoui, encerrado desde junio, fue condenado a 7 años, 4 meses de prisión y a 34 latigazos por criticar la política económica de Ahmadineyad, según informaron recientemente los websites Kaleme y Rahesabz (aquí, este último con una traducción de Google del persa al inglés).
En este país el internet es una forma de liberar las palabras prisioneras, esas contenidas en una parte de la población que quiere expresar sus desacuerdos. Que quiere informarse de una manera distinta, ajena a los medios públicos que dicen que todo marcha maravillosamente. Hay una galería espectacular de opciones del llamado periodismo ciudadano (una múltiple cantidad de recursos en este post de mucho servicio), que empezó con fuerza con las protestas del pasado junio al estallar revueltas tras la reelección de Ahmadineyad. En Twitter, Facebook, YouTube y Flickr hay varios iraníes valientes que están mostrando al mundo lo que pasa en su país, aquello que el poder no quiere que se sepa, a tal punto que limitó el ancho de banda para boicotear la información.
Ahmadineyad quiere profetas sumisos. Difusores del paraíso. Ahmadineyad anhela profetas entregados, acríticos. Al presidente iraní, socio estratégico de la "revolución ciudadana" que se da en Ecuador, le molesta una prensa fiscalizadora porque la desea aséptica, inofensiva. Que solo abra y cierre comillas de lo que dicen los ministros y demás autoridades.
¿Será que esta visión del socio de Ecuador y de Venezuela es una forma alternativa de democracia, como calificó a Cuba el presidente de Ecuador, Rafael Correa?

martes, enero 5

No soy mafioso ni corrupto, soy periodista

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Hoy es el Día del Periodista ecuatoriano. Un recordatorio diferente, porque estamos bajo fuego del poder, como nunca antes. Y me despierto y encuentro mensajes de apoyo, de ánimo entre los colegas.
Uno, de Francisco Garcés, periodista de Expreso, dice lo siguiente: "Buen día bestias salvajes. A recordar a Espejo en el día del periodismo ecuatoriano. Vamos a demostrar que hacemos bien nuestro trabajo".
"Bestias salvajes" -asumiendo así una crítica hecha por Tony Blair a la prensa- es uno de los tantos apodos con los que ha calificado a los que ejercemos el periodismo el Presidente de Ecuador, Rafael Correa (mafiosos, corruptos, perversos, ignorantes, enanos, son algunos más). Y lo de (Eugenio) Espejo, por el recuerdo del patriota, que durante la colonia española fue pensador pionero de las libertades y precursor de lo que hoy es el periodismo ecuatoriano.
Concuerdo con Garcés. Lo que necesitamos en este momento, nuestra única arma, es buen periodismo. Nuestro único escudo, ahora, en medio de esta andanada de amenazas, en esta temporada de advertencias legislativas, y siempre, será buen periodismo. Uno serio, ético, riguroso, comprometido. De vocación, con fuego, apasionado, sencillo. Pensado en la gente, no en el poder. Ese que salga más a las calles, que observe más, que cuente mejor, que interprete con calidad (porque para eso estamos, no para abrir y cerrar comillas como quieren reducir algunos al oficio); que contextualice. Que medie. Que entienda que el futuro es el presente.
Lo que necesitamos es "periodismo caviar", como dice Juan Antonio Giner, en su excelente blog. Intentarlo, pese a todas las limitaciones que haya. Pelear por él. Cargando con autocrítica nuestros errores, como los hay en toda profesión, pero demostrando también esa calidad con nuestros aciertos, que son los más.
Lo que necesitamos es pelear "pulgada a pulgada", como dice el filósofo Al Pacino en su maravilloso monólogo de la película Any Given Sunday (véanlo acá, no se arrepentirán). En este caso nuestra pelea, en la cancha, es "párrafo a párrafo". Es una pelea con nosotros mismos, con nuestras historias, con nuestros fantasmas, con el legado que vamos a dejarle a nuestros hijos.
Y sí, Gisella (Ronquillo, mi querida colega de Vistazo), como dijiste esta mañana: Yo tampoco soy corrupto. Yo no soy mafioso. Yo no soy mala fe. Soy periodista. A secas. Con orgullo.