domingo, enero 10

Los profetas van a la cárcel en Irán


Tomado de www.adn.es

Parece que Mahmoud Ahmadineyad tuviera una visión religiosa del periodismo. Hace pocos meses dijo que los periodistas tienen una misión profética, según palabras que recoge el website oficial de la República Islámica Iraní.
Para el presidente de Irán, si los reporteros tratan de cubrir los eventos "sólidamente", "con precisión", "se evita incitar a la gente" y "se desea ayudar a la humanidad en la forma correcta", pues entonces ese trabajo se vuelve sensible y díficil, pero, al mismo tiempo, placentero y bien visto para Dios.
Es una visión religiosa que tiene su lado castigador. Porque en este país esos profetas de la palabra van a la cárcel. Sí, Irán retomó al iniciar el 2010 el liderazgo como el país con más periodistas presos en el mundo. Son 42. Lo dicen fuentes ajenas al gobierno iraní basados en reportes independientes del poder oficial, ese que no entrega informes, que no permite periodismo crítico. Que maneja totalitariamente la información a través de una maquinaria que no hace periodismo, sino propaganda.
Lo aseguran Reporteros sin Fronteras, la prensa europea, The Jerusalem Post, o el CPJ (Committee to Protect Journalists). Lo concreto es que hay periodistas presos. Presos por disentir. Presos por criticar. Presos por hacer una parte de su labor, fiscalizar al poder. Uno de ellos: Bahman Ahmadi Amoui, encerrado desde junio, fue condenado a 7 años, 4 meses de prisión y a 34 latigazos por criticar la política económica de Ahmadineyad, según informaron recientemente los websites Kaleme y Rahesabz (aquí, este último con una traducción de Google del persa al inglés).
En este país el internet es una forma de liberar las palabras prisioneras, esas contenidas en una parte de la población que quiere expresar sus desacuerdos. Que quiere informarse de una manera distinta, ajena a los medios públicos que dicen que todo marcha maravillosamente. Hay una galería espectacular de opciones del llamado periodismo ciudadano (una múltiple cantidad de recursos en este post de mucho servicio), que empezó con fuerza con las protestas del pasado junio al estallar revueltas tras la reelección de Ahmadineyad. En Twitter, Facebook, YouTube y Flickr hay varios iraníes valientes que están mostrando al mundo lo que pasa en su país, aquello que el poder no quiere que se sepa, a tal punto que limitó el ancho de banda para boicotear la información.
Ahmadineyad quiere profetas sumisos. Difusores del paraíso. Ahmadineyad anhela profetas entregados, acríticos. Al presidente iraní, socio estratégico de la "revolución ciudadana" que se da en Ecuador, le molesta una prensa fiscalizadora porque la desea aséptica, inofensiva. Que solo abra y cierre comillas de lo que dicen los ministros y demás autoridades.
¿Será que esta visión del socio de Ecuador y de Venezuela es una forma alternativa de democracia, como calificó a Cuba el presidente de Ecuador, Rafael Correa?

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