viernes, febrero 27

Un muerto más y con 150 años encima

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La portada histórica, apelando a tipografía del pasado y del presente, del cierre del Rocky Mountain News.

"Paren las rotativas". Irónica forma de decir adiós.
El dolor de dos periodistas al momento de ser informados,
el pasado jueves, del cierre definitivo del diario.

Hoy fue su último número. El diario Rocky Mountain News, de Denver, Colorado, dejó de circular con una edición dolorosa y conmemorativa a la vez, llena de la angustia de una Redacción que vivía la agonía de una institución con 150 años de historia.
La crisis, anunciada desde diciembre, les pasó factura. No hubo comprador para este diario que ganó cuatro Pulitzer desde el año 2000. Es uno más de la lista que de a poco va creciendo. Caen diarios centenarios. Tambalean imperios mediáticos. Se terminan eras.
"Nuestro tiempo de relatar la vida de Denver y Colorado, la nación y el mundo ha terminado", sentencia el editorial de primera página con el que se despide el diario de una manera triste, melancólica, recordando el pasado, advirtiendo a sus lectores que se deja un legado en las ediciones en microfilms, pero que también ellos podrán encontrar nuevas formas de contar la historia de su región.
Nuevas formas de contar. Es el signo de los tiempos. Es un asunto de liderazgo, como lo dice Juan Antonio Giner, periodista español fundador de Innovation, al reflexionar sobre un ensayo de Earl Wilkinson, el Director Ejecutivo de la International News Media Marketing Association.
"Esta no es una crisis de periódicos. Es una crisis de liderazgos de muchos Titanics. No hay icebergs, solo capitanes ciegos".

miércoles, febrero 25

Tú me prometes, pero yo te fiscalizo

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El Obamameter clasifica las promesas de Obama en: Promesa mantenida;
Compromiso; Promesa rota; Estancada; En trabajo y Sin acción.
Tomado de www.politifact.com

Periodismo fiscalizador. Periodismo que toma la palabra a los políticos y que hurga en sus promesas. El St. Petersburg Times se tomó en serio estos principios necesarios en el oficio y ha generado una idea excelente: el Obamameter.
Este termómetro online mide cómo el Presidente de los Estados Unidos, Barack Obama, cumple o no sus ofertas de campaña.
Los periodistas de este diario registraron más de 500 promesas del presidente demócrata y ahora las están fiscalizando. Son promesas recogidas en su website oficial de campaña, en sus discursos, en sus entrevistas, y van desde el término de la guerra en Irak hasta la compra de un cachorrito para sus hijas.
El Obamameter es parte de un plan más ambicioso del St. Petersburg Times: su proyecto Politifact, que busca ayudar a encontrar a los lectores las verdades de la política estadounidense. Para ello, los reporteros y editores del diario hacen chequeos constantes de afirmaciones de miembros del Congreso, de la Casa Blanca, lobistas y grupos de interés y las califican en el Truth-O-Meter (el termómetro de la verdad). Una calificación que obviamente se hace con reportería de por medio para hacer una aseveración tan fuerte sobre si algo que ofrece o dice un político es cierto o falso. Absoluto riesgo periodístico que necesita absoluto rigor.
La inmediatez de la red es el aliado principal. Bill Adair, editor de Politifact y jefe de la oficina de Washington del St. Petersburg Times, reflexiona sobre la necesidad de fiscalización continua a la presidencia en una entrevista con Columbia Journalism Review.
Adair analiza que bajo este mecanismo no es necesaria la espera tradicional de los 100 días, por ejemplo, para hacer un balance periodístico, como es la costumbre de los diarios de papel. "Puedes regresar y chequear una vez al día si quieres encontrar algo. Creo que hemos encontrado la medición más objetiva posible (...) La gente se preocupa por estas lecturas. Es la manera apropiada, en el momento apropiado, de este nuevo periodismo".
Este nuevo método de hacer periodismo crea dudas, por supuesto. Adair habla de la necesidad de ir creando las reglas en el camino. Hacer camino al andar es la meta como parte del desafío de intentar nuevas técnicas en el oficio. "No es como nos enseñaron en las escuelas de periodismo, así que, por necesidad, estamos creando los lineamientos".
Se viene el tiempo de elecciones. Se vienen la promesas eternas con sonrisas de por medio, con campañas millonarias que nos hablan de un país posible. O que nos informan de un país en marcha, que camina henchido de felicidad. Pero también debe ser el tiempo para tomarles la palabra en serio y comenzar a fiscalizar periodísticamente la marea de ofertas. ¿Cuántas de esas sabemos desde que nos las dicen en una rueda de prensa que son inviables? ¿Cuántas de aquellas intuimos que son fácilmente rebatibles y mejorables con un trabajo periodístico serio? ¿Cuántas veces más tenemos que escucharlas y dejarlas que el gran público las tome como ciertas?

miércoles, febrero 18

El Big Brother ha vuelto y se llama Facebook

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Tomado de www.antivirusgratis.com.ar

Facebook es tu dueño, te posee y puede hacer lo que quiera con todo lo que subes allí. No es exageración mía. Varios grupos que se crearon estos días en la red social virtual más famosa del mundo tuvieron este concepto en mente y se mostraron ardidos por las nuevas políticas de uso que intentó imponer el sitio web.
Es el nuevo Big Brother, se afirma. Y como esa metáfora literaria de George Orwell con la que buscaba denunciar en su novela 1984 el totalitarismo en los regímenes dictatoriales que todo lo ven, todo lo saben y todo lo castigan, la acusación gigantesca contra Facebook se dio tras anunciar públicamente, a través de su cambio de política de servicios, que todos los contenidos que cualquier mortal subía a su red eran de su propiedad. Eternamente. Así uno se salga del servicio y cierre su cuenta.
¿Quién se percata de los términos de aceptación cuando entra a un programa nuevo en la red? Vamos, casi todos decimos "sí, acepto", sin tomarnos la molestia de leer los cansinos argumentos legales de las compañías. Pero theconsumerist, un popular sitio de defensa del consumidor de los Estados Unidos, alertó sobre los cambios y la polémica se esparció como virus por la red, a tal punto que Mark Zuckerberg, el fundador de Facebook, tuvo que inicialmente poner una tibia respuesta oficial en el blog del sitio web, que no desmintió la denuncia y luego anunciar que la compañía había decidido dejar todo como estaba al principio para analizar con calma las quejas de miles de usuarios.
El debate es interesante y muestra el poder de la herramienta y las intenciones que se tuvo antes de toparse con las encendidas quejas. Facebook, según lo que se acepta en cuanto a sus políticas ahora retomadas, puede usar, por ejemplo, un corto de algún cineasta en crecimiento, el demo de aquella banda de rockeros, la gigantesca base de datos con la que se relamen los marketeros que trabajan para las grandes firmas de todo el mundo e incluso comercializar o distribuir las fotos inocentes de la familia. Puede hacer todo, salvo que cerremos nuestra cuenta.
Más allá de estas elucubraciones que se puedan hacer en base al concepto claro que Facebook cita en sus términos de servicio, lo de fondo es que esta compañía apunta a una masificación virtual jamás antes vista en la joven historia del internet. Las publicaciones especiales muestran claramente los pensamientos de Mark Zuckerberg, el creador de Facebook, que con sus 24 años es el joven más rico del planeta con una fortuna estimada en 1.500 millones de dólares, según la lista Forbes del 2008.

Mark Zuckerberg, creador de Facebook.
Tomado de www.online.com.es

Zuckerberg sueña, describe un reciente reportaje publicado en CNNMoney.com titulado Cómo Facebook está tomando el mando de nuestras vidas, en convertir a la red social en la plataforma mundial estandarizada en comunicación y marketing, tan ubicua e intuitiva como el teléfono, pero aún más interactiva, multidimensional e indispensable. Y además, tan necesaria como una cédula de identidad digital, que sea el pase para cualquier acceso en el mundo virtual.
Definitivamente Facebook es un monstruo impresionante. Este mes llegó a los 175 millones de usuarios, lo que es una cifra que no se queda estática. Las estadísticas muestran que cada semana el sitio puede sumar cinco millones de nuevos navegantes compulsivos que buscan saber qué hace el amigo del amigo, o aquella ex que tiene un nuevo novio. O simplemente que quieren ser voyeurs empedernidos que atisban a la vida de aquellos compañeros de escuela o colegio de los que ahora solo comparten una amistad virtual en la que a veces ni siquiera cruzan palabra alguna.
Definitivamente Facebook es un Gran Hermano. Sus números son récords tras récords en la historia moderna. Logró en cinco años (enero del 2009) llegar a los 150 millones de usuarios, cifra que la industria telefónica alcanzó después de 89 años y la televisiva luego de 38, según una impactante infografía publicada en CNNMoney.com
Sí, definitivamente Facebook acrecienta su poder. Y potencializa su ojo que lo ve todo. Si no lo creen prueben el TrueScoop, una de las últimas herramientas gratuitas a la que se puede acceder a través del site. Es una base de datos pública que otros sitios la ofrecen previo pago, en la que pueden ver los récords criminales de cualquier ser que viva en los Estados Unidos. Allí aparecen desde pequeños incidentes de tránsito hasta cualquier delito de alto calado. Es la mirada del Gran Hermano virtual, que en este preciso segundo está almacenando la vida de miles y miles más de puntitos que jugamos a compartir parte de nuestras vidas.

domingo, febrero 15

¿No estaremos mirando adelante a través del retrovisor?

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Tomado de watchdogsandlapdogs.blogspot.com

El buen periodismo siempre será buen negocio. Hay que desterrar el mito de que el papel es la esencia del oficio y que sin él la prensa morirá. La convergencia de medios es una obligación, ya no una opción.
Estas tres ideas son solo algunas de los conceptos principales que dejó el XXIII Congreso Internacional de la Comunicación (Cicom), que se realizó hasta este viernes 13 en Pamplona, España.
Esta vez, el Congreso tuvo énfasis en la Excelencia e innovación en la Comunicación, y obviamente centró mucho de su contenido en el debate actual sobre el futuro del periodismo que, según voces apocalípticas, es de terror.
Un excelente resumen de todas las ponencias y mesas redondas, en video, audio y texto, se encuentra en el sitio web de la Facultad de Comunicación de la Universidad de Navarra.
Quiero destacar algunos puntos de este registro. Una visión interesante fue la de Carlos Soria, presidente de Innovation, la prestigiosa consultora periodística. Él hizo un análisis del futuro del mundo de la comunicación y planteó cinco propuestas en un momento en que las angustias económicas han archivado al área del romanticismo, según su criterio, al periodismo, la calidad y la autonomía.

  1. Es necesario superar los fundamentalismos del papel e Internet: el primero de ellos, que los genes de la calidad son de papel y el segundo que profetiza la desaparición de los medios impresos. Papel e Internet están destinados a vivir, convivir y construir juntos el nuevo panorama de la comunicación.
  2. Hay que huir de la clonación informativa puesto que es necesario una personalidad clara y diferenciada. El camino para esto es la creatividad.
  3. Las empresas de comunicación no son fábricas de salchichas sino turbinas de ideas de calidad, con ética y beneficios. Necesitan planteamientos intelectuales éticos y políticos claros en una época de pensamiento débil. El buen periodismo siempre será un buen negocio. Ganar dinero, no a cualquier precio, es un deber, ya que cuando hay déficit económico hay mayores tentaciones de corromperse.
  4. Hay que reinventar los periódicos de papel. La integración de papel e Internet no es una opción, es una necesidad.
  5. Las facultades de comunicación tienen que pasar de la rigidez académica al compromiso de construir la nueva cultura de la comunicación. Deben elegir entre ir por delante o por detrás de la praxis de la comunicación; entre ayudar a las empresas a cambiar o focalizarse en su presente para perpetuar su statu quo.

Otra actividad que dejó material para la reflexión fue la mesa redonda Una mirada a la comunicación, más allá de internet. Destaco las ideas de cada expositor.

Jean-François Fogel, maestro de la Fundación para un Nuevo Periodismo Iberoamericano
  • Internet ha cambiado más en los tres últimos años que en toda la historia anterior.
  • La diferencia entre el espacio de trabajo y el espacio personal se derrumba: la pantalla es la misma.
  • Hay tres desafíos para los medios: Cambio de actitud con respecto al público; la utilización del conocimiento de lo que hace la audiencia en la red y la atención a las comunidades.

Francis Pisani, bloguero
  • La historia construida de Aristóteles, con planteamiento, nudo y desenlace, se ha visto sustituida por un río de información fragmentada, en el que encontramos lo que buscamos.
  • Hay tres tipos de búsqueda dominantes: documentos (Google), video (YouTube) y tiempo real (Twitter).
  • Seguiremos viviendo la experiencia del papel.
Manuel Erice, subdirector de ABC y abc.es
  • Es falsa la dialéctica entre lo digital y el papel.
  • Internet no es el problema, sino la solución para el periodismo.

Mario Tascón, editor de DixiRed
  • ¿No estaremos mirando adelante a través del retrovisor?
  • ¿Por qué sobre la vida de las mariposas no hablan también las mariposas?
  • ¿Por qué solo vemos el vaso medio vacío?
  • ¿De verdad es la prensa como la industria del petróleo?
  • ¿La convergencia redaccional salvará al periodismo?
  • ¿Hay una batalla entre digitales y analógicos?
  • Los periódicos se acaban ellos solos
  • Los medios deben centrar los recursos en la captación de noticias y no tanto en la transformación para un soporte.

martes, febrero 10

La verdadera audacia del contrapoder

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Roberto Saviano, periodista italiano.
Tomado de www.esferainformativa.com
Tiene 29 años y está condenado a muerte. Vive, desde el 2007, rodeado de seguridad. No puede ni siquiera usar una tarjeta de crédito y él mismo dice que su vida tendrá un rápido fin. "Sé que acabarán conmigo. Tarde o temprano lo harán".
El que anticipa su final -que sabe de memoria que sus implacables cazadores tienen 100 kilos de TNT y un generoso arsenal de metralletas y pistolas- es un periodista napolitano: Roberto Saviano. Su cabeza está pedida por haberse atrevido a publicar en el 2006 un libro, Gomorra, que tuvo un éxito implacable en las librerías de Italia y el mundo entero, pero sobre todo en mostrar las miserias de la mafia napolitana, la famosa Camorra, e ir más allá, en su propia tierra, al exponer ante el mundo que ese concepto de bandoleros Robin Hoods que solo a veces asesinaban, había mutado a una poderosa organización con ramificaciones internacionales que controla el negocio de la droga y algunas otras industrias del terror.
Múltiples premios no cambian la vida de Saviano. Es una "no vida", como se la calificó en un perfil entrevista que le realizó diario El País hace pocos días, al acompañarlo en una de sus jornadas diarias en las que cinco oficiales de seguridad élite lo acompañan hasta para el más mínimo movimiento que un ser humano pueda hacer. Está encerrado en sí mismo. Este héroe nacional, como lo ha llamado Umberto Eco, está preso en vida por contar.
Pero él aún desafía ese destino que advierte que lo va a atrapar. "Contar es resistir" dijo hace poco al recibir un premio más: el Vázquez Montalbán. Por eso, por esa resistencia que comenzó con sus relatos de Gomorra, su propio gobierno lo considera un ícono de la libertad de expresión, al punto que la guardia permanente fue una obligación estatal para el Ministro del Interior italiano, porque lo que estaba en juego era la libertad de expresarse frente a un poder que quiere deslegitimar y callar todo a punta de pistola y de compra de conciencias.


Gomorra, edición en español. En Italia ha vendido
más de 2 millones de copias y se la ha traducido en 33 idiomas.
Tomado de www.robertosaviano.it
Saviano es la imagen viva de lo que es la audacia del contrapoder en el periodismo. Ese que se juega la vida -no solo porque una pistola pagada lo puede estar esperando en cualquier sitio al que vaya- sino porque literalmente su realidad se transformó al decidir contar. Su novia lo dejó, sus amigos lo abandonaron, sus paisanos lo acusaron de traidor, su familia está desmembrada. Hoy, su mayor contacto con su mundo (o lo que queda de él), es su celular y la posibilidad de mensajear con él. O también la virtualidad de Facebook, donde los jóvenes que lo admiran le envían mensajes de apoyo.
Saviano lo sabe. Sabe que su vida está destruida. Que, como lo cuenta en El País, a veces se desespera dentro de su habitación y da puñetazos en las cuatro paredes que lo encierran.
Pero sabe también que lo que hizo es un ejemplo, de esos que perduran. De esos que dejan huella y que cambian cosas. Porque contar, porque ejercer ese contrapoder periodístico necesario en la sociedad, tiene sentido. Debe tenerlo.
"Contar la verdad me ha ayudado a alejar las sombras que tenía encima y dentro. En parte han ganado ellos, por hacerme vivir así. Pero por otro lado han perdido. En Facebook hay miles de jóvenes discutiendo sobre la Camorra. Me han destruido la vida, pero lo que yo he hecho ya no es mío. Es de los niños".

martes, febrero 3

¡Es verdad, lo dice Wikipedia!

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Vivos que aparecen muertos. Villanos que se convierten en héroes. Desmayos que se tornan fallecimientos repentinos. Wikipedia, la enciclopedia electrónica libre, ha estado cargada en sus ya ocho años de historia, de estas anécdotas de falta de rigor en sus informaciones.
¿Vandalismo electrónico? ¿poca credibilidad de este website? ¿utopía de los profetas del aperturismo total online? Las críticas a la confiabilidad de Wikipedia no son nuevas. Ha sido despreciada intensamente por los puristas enciclopédicos, pero también defendida con pasión por los impulsores de un conocimiento libre, más democrático y menos acartonado, pero sobre todo ajeno a una visión de dictadura de los que afirman tener la última palabra en la publicación del conocimiento.
Ese menosprecio intelectual no ha logrado desvirtuar de un solo tajo todo un esfuerzo monumental -tal vez el más grande de la historia- para permitir el acceso libre a montañas de información enciclopédica.
Wikipedia, hoy en día el séptimo sitio con más tráfico en el internet en todo el planeta, está basada en el concepto wiki (creación colectiva de material en la web que se publica inmediatamente sin revisión) y tiene un batallón de voluntarios a nivel mundial que revisan lo que cualquier persona con acceso a internet puede ingresar o editar en la enciclopedia.
Políglota y diversa -al momento de escribir este post hay más de 11 millones de artículos en 265 idiomas, unos 2,7 millones en inglés y cerca de medio millón en español- Wikipedia es el sueño de Jimmy Wales, un estadounidense de Alabama cuya educación agrupada (en su aula recibían clases a la vez los alumnos de varios cursos) tal vez pueda dar luces del porqué de su idea colectiva, que hoy es impulsada a través de la fundación sin fines de lucro Wikimedia.

Jimmy Wales, cofundador de Wikipedia junto a Larry Sanger.
Tomado de Wikimedia.org

La realidad actual es clara: es la época de mucha reportería por internet. Es la época de sombrear textos en la red, de copiar y pegar y a veces hacerlos pasar como propios en los sitios web con fines de lucro que no ponen fuentes, que usurpan el trabajo informativo de otros. Es, también, la época de la popular dictadura de Google, que por momentos parece una caja mágica que lo tiene todo. Que ayuda, por supuesto, de una manera maravillosa como herramienta, ahora básica, para el oficio.
En esta época que, por ratos, se distancia cada vez más de ese palpar los libros olorosos a tiempo, las enciclopedias amarillentas o los atlas gigantescos tan difíciles de manejar, ¿es posible confiar en Wikipedia como una herramienta poderosa para el oficio y para la educación en general?
Hay algunos que dicen que no. El Departamento de Historia de la Universidad de Middlebury prohibió a sus alumnos citar a Wikipedia en sus trabajos de investigación. El coraje final llegó en la clase de Historia de Japón cuando varios alumnos afirmaron que los jesuitas apoyaron una rebelión del siglo XVII, cuando aquella comunidad religiosa no tenía ningún poder en la época, ya que vivían escondidos. ¿El culpable? Wikipedia, por supuesto.
Pero hay otros que aseguran que sí se puede confiar. Un estudio de la Universidad de Nottingham, Inglaterra, encuestó a decenas de académicos para evaluar la credibilidad de Wikipedia. Los dividió en dos grupos: el primero debía leer un texto de su especialidad y el segundo acceder a un artículo aleatorio de la enciclopedia. La conclusión a la que se llegó es que la precisión de Wikipedia es alta.
Otro similar, de la prestigiosa revista Nature, hizo evaluar, por expertos, artículos de Wikipedia y de la clásica enciclopedia Britannica, referencia admirada en el mundo académico con 241 años de historia. Al final de la evaluación, los lectores, que no sabían a qué enciclopedia pertenecían los textos que revisaban, encontraron un promedio similar de errores en ambas publicaciones: en Wikipedia cuatro, y en la Britannica tres.
La polémica está servida. Críticos y defensores. Escépticos académicos y millones de confiados usuarios. De lo que estoy convencido (y que no es nada nuevo) es que no se puede confiar en una sola fuente. Mientras más visiones haya, mejor será para nuestro trabajo. Y mientras más cruces de textos se hagan, las certezas estarán más próximas. Es un principio básico de periodismo. Wikipedia es una fuente más, tal vez una interesante para adentrarse por primera vez en un tema que se desconoce. Que puede ser de ayuda, claro que sí, pero también de problemas de rigor si no se aplica la filosofìa de la duda, tan vital para la buena salud del oficio.
En esta época de aperturas, de participaciones colectivas, lo que no se puede es prohibir ni despreciar algo de una manera que pueda recordar a épocas oscurantistas. Es, como dice Jimmy Wales en una entrevista con Clarín, el tiempo de la comunidad. Es, además, el tiempo de entender que todo es perfectible. Y es, también, el tiempo de ser audaz: "Decirle a los chicos que no usen Wikipedia es lo mismo que prohibirles el rock".