lunes, noviembre 8

Wikileaks y su alerta al periodismo

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Collateral Murder (asesinato colateral), un video documento filtrado por
Wikileaks. Las imágenes son fuertes y tienen que ver con la muerte de civiles
en territorio iraquí el 12 de julio del 2007. Los que disparan son militares
estadounidenses a bordo de un helicóptero Apache. Ellos creyeron que las
víctimas, entre las que estuvo un fotógrafo de Reuters, eran rebeldes.
El asunto fue ocultado. Este video es editado, el documento oficial de
Wikileaks está acá y requiere ingresar con usuario a YouTube.

Wikileaks es una alerta más para el periodismo tradicional. Otra, agregada a todas aquellas que hoy cercan al oficio periodístico y que tienen que ver con la evolución eficaz de su modelo económico, basado en realidades del siglo XX, hacia uno fundamentado en el predominio de internet en las audiencias de este siglo XXI.
Wikileaks, este sitio web rebelde, con una estructura apoyada en el anonimato y la clandestinidad, ha filtrado miles de documentos secretos de las polémicas guerras modernas de los EE.UU. (Afganistán e Iraq), y otros más sobre negocios turbios de poderosos bancos o de estructuras religiosas con muchísimo poder. El sitio está abierto a entregar al mundo cualquier información que se le haga llegar de forma anónima y que previamente sea filtrada por su equipo de periodistas y expertos que trabajan como voluntarios.
Con sus filtraciones –que han demostrado con documentos oficiales crueldad y negligencia en Afganistán e Iraq de algunos soldados estadounidenses, y el silencio cómplice sobre muertes de civiles de varias de sus autoridades militares– Wikileaks reabre varios debates periodísticos, entre ellos uno sobre el cada vez más difícil periodismo de investigación en medios tradicionales.
Caro, complicado, de largo aliento. Peligroso. No es que no se haga o esté extinto este periodismo de investigación (el real, el de grandes investigaciones metodológicas que terminan con certezas y a veces, si a la justicia le importa, con gente pagando por su corrupción), pero si el mismo Leonard Downie Jr., quien fuera editor ejecutivo del The Washington Post por 17 años, se hace la siguiente pregunta: “¿Podríamos develar hoy un Watergate?”, las dudas aumentan.
¿Hay una deuda en la fiscalización al poder de parte de los grandes medios? Hay algunos que opinan que sí. Julian Assange, el polémico fundador y editor de Wikileaks, obviamente, es uno de ellos. El australiano, con pasado periodístico, considera que hay un “estado de impotencia del periodismo” en este aspecto.
“El mayor abuso es la guerra contada por los periodistas. Periodistas que participan en la creación de guerras a través de su falta de cuestionamiento, su falta de integridad y su cobarde peloteo a las fuentes gubernamentales”, critica Assange en una entrevista dada a El País de España.
El fallecido Ryszard Kapuscinski, célebre periodista polaco, hablaba también sobre las limitantes de las coberturas periodísticas dependientes del poder: “Cuando me pidieron ir a la guerra de Iraq yo dije que no: no me interesaba este tipo de cobertura que depende solo de los boletines del estado mayor. Así no hay periodismo posible, ya que no hay forma de saber sobre el terreno en qué medida esa información refleja o no la realidad”.
¿Wikileaks marca una nueva forma de hacer periodismo? “Tal vez lo que estamos presenciando no sea el nacimiento de un nuevo tipo de periodismo, sino un mundo donde ahora es muchísimo más arduo para los gobiernos y otros ocultarle información a la opinión pública”, reflexiona Hilary Bishop, de la BBC.
Es tan cierto. La obligación del periodismo –esa de fiscalizar al poder y que este acepte esta fiscalización como parte de una institución necesaria en las sociedades democráticas– está intacta. Y puede tener ligada a un ejército de personas detrás de sus computadores o teléfonos móviles que, de repente, pueden apretar Enter y entregar aquella información que algunos no quieren que se sepa.

lunes, octubre 18

Noboa dormía y en twitter lo accidentaban

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Tomado de terra.com
Cristian Noboa, jugador ecuatoriano.

"¿Se accidentó Noboa? Extraoficialmente suenan rumores sin confirmar que el jugador se accidentó en Rusia, todavía no se confirma esta versión". El tweet sobre el exitoso futbolista ecuatoriano Cristian Noboa, que triunfa en el Rubin Kazan ruso, lo disparó al mundo el periodista deportivo Vito Muñoz.
Muñoz, un comunicador con más de tres décadas de trayectoria, soltó la noticia en su cuenta de Twitter y enseguida provocó un hervidero de retweets y citas en los que los aficionados preguntaban desesperados por el destino del jugador de la selección ecuatoriana.
Una hora después, Pedro Mauricio Muñoz, ex futbolista, periodista y ahora coordinador de la Federación Ecuatoriana de Fútbol, hizo lo que los periodistas debemos hacer desde el inicio: agarrar el teléfono y llamar a la fuente, en este caso los padres de Noboa y el propio jugador, que en realidad descansaba en su hogar. Lo informó así en su cuenta de Twitter.
¿Nos salva el que etiquetemos algo como "rumor", como "extraoficialmente"? Yo creo que no. Creo que hay que respirar hondo, aguantarse las ganas de la primicia, aplacar un poco la vanidad del golpe, y hacer una pausa. La pausa de siempre en este oficio, la de contrastar información, la de meditar a quiénes podemos hacer daño con una información como esta.
¿Es inevitable la falta de rigor en Twitter? Algunos -esos críticos dogmáticos de las nuevas herramientas del oficio-, dirán que sí. Yo creo que los periodistas debemos intentar dar el ejemplo. Y por supuesto que nos equivocaremos en este aprendizaje. Lo que debe estar claro es que Twitter y compañía no son terreno diferente. Son espacios en los que la credibilidad sigue en juego, en los que las esencias y técnicas del oficio periodístico continúan inalterables.

viernes, octubre 1

El periodismo venció a la propaganda

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El poder en Ecuador no entiende al periodismo. Pero voy a ser ingenuo y soñar que la tensa jornada que vivió el país el jueves por una inédita sublevación policial, dejará algunas lecciones para intentar comprender qué es este oficio, qué esencias tiene.
Lo que sí entiende el poder es el poder de la propaganda. Lo dejó claro al dejarnos por seis horas claves sin la señal de medios audiovisuales que transmitían los hechos increíbles que sucedieron en el país. Que mostraban, en vivo, imágenes absolutamente kafkianas para el Ecuador entero (y ojo que este es un país devotamente kafkiano).
Seis horas de propaganda. Seis horas de periodismo enmascarado. De un desfile interminable de autoridades por la señal encadenada de EcuadorTV, el canal del estado, en que sobraban adjetivos y faltaban hechos con distancia. En que las loas al poder y el increíble cinismo de presentadores disfrazados de periodistas y de funcionarios nos informaban que todo era normal. Que había una fiesta cívica en esas calles en las que la ciudadanía vio vandalismo, saqueos, disgusto y rebelión a la autoridad.
Por un lado recibimos, una vez más, propaganda camuflada de periodismo. Y por otro, unos periodistas que se juegan por el oficio se daban vueltas en sus redacciones desesperados por no poder salir al aire por una orden gubernamental.
Pero a las 20:00, Ecuavisa rompió la orden. Y casi al mismo tiempo lo hizo Teleamazonas. Y luego Canal Uno. Queda dignidad, muchísima dignidad en este periodismo ecuatoriano, pese a toda la catarata de insultos que nos disparan sábado a sábado. Queda coraje, muchísimo coraje, en este periodismo ecuatoriano en el que muchos ciudadanos dudan como institución debido a la sistemática campaña que lleva tres años al aire.
Eso es periodismo. Esa adrenalina inexplicable que nos acompaña y que se vivió ayer, con certeza absoluta, en todas las redacciones del país. De todas ellas y de cada uno de sus integrantes que adoran este oficio como vehículo de contar, de servir, de fiscalizar, de entenderlo como una vocación. Como una elección maravillosa de vida.
Eso es periodismo. Poder asistir a una balacera impresionante a través del relato de Hernán Higuera, periodista de Ecuavisa, y del camarógrafo Antonio Narváez. Poder ver y escuchar, en vivo, la narración de Hernán, llena de garra y temor a la vez, con una voz temblorosa que sobrecogía, con un aliento que se le entrecortaba en medio del sonido combinado de metralla, fusil y de balas de goma que inundaba la noche quiteña.
Eso es periodismo. Todo ese periodismo que hicieron los múltiples reporteros, fotoperiodistas, que estaban dentro del Hospital de la Policía arriesgando sus vidas por una bala perdida en cualquier ventana. Que sufrieron vejámenes y amagos de órdenes de no disparar sus cámaras, de no documentar más la realidad.
Eso es periodismo. Todo ese que hicieron en todo el país muchísima gente que ama a este oficio. Que se la jugó, una vez más, en medio de pisotones, de insultos, de angustias, de piedras zumbando, de gases lacrimógenos asfixiando.
Ojalá lo entiendan desde el poder. Ojalá entiendan que la generalización es absurda. Que no hay marionetas colectivas. Ojalá entiendan que este oficio es para contar y pensar, duela a quien duela. Y en este momento duele contar y pensar un país que se desangra en sus calles por la delincuencia. Pero que se desangra más, mucho más, en el doloroso vacío de las posibilidades, de los quizás. Esas que siempre nos imaginamos. Aquellas que retratan lo que pudiéramos ser como país.

sábado, septiembre 11

Menos insultos, más argumentos

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Haga click en la parte inferior derecha para ampliar y ver, luego de darle Play, algunos ejemplos de comentarios en medios ecuatorianos.

Vivimos la época del intercambio en tiempo real en su máxima expresión. Escribes y te contestan al segundo. Comentas lo que otro ha comentado y una ráfaga de respuestas puede llegarte. Vienen, raudas, desde un celular, desde la computadora.
Los portales de los medios de comunicación, los tradicionales o aquellos nuevos medios exclusivamente on-line, son parte natural de esta corriente. Los comentarios son vitales. Las audiencias necesitan –siempre lo han necesitado– comentar su mundo, criticar, argumentar, debatir; y la explosión que se vive con las redes sociales combinada con el periodismo en la era digital ha generado apertura para que ese aporte sea mayor.
Pero lo que me intriga es cómo los medios ecuatorianos, y los mundiales en general, pueden canalizar mejor esa capacidad de debate en los comentarios que se dan en las notas o en las cuentas de Facebook o Twitter que manejan. Me pregunto también cómo los ciudadanos podemos aportar para que esos comentarios, tan bienvenidos, no caigan en el insulto fácil, en un regionalismo destructor, en xenofobias, homofobias y en una agresión sin argumentos como lastimosamente ocurre.
Realmente es la época del comentario, pero también la época del ataque sin piedad. Todos los días somos testigos, en diversos portales, blogs y cuentas de redes sociales, que los comentarios a los enlaces de información noticiosa –algunos de ellos escondidos en el anonimato o los seudónimos– son rebatidos entre algunos lectores con el simplón recurso del adjetivo hiriente, y que las palabras llegan a niveles de agresión al otro, no a rebatir una idea.
La preocupación es global. Miguel Ángel Jimeno, profesor de periodismo de la Universidad de Navarra, en España, ha creado un grupo en Facebook, denominado Por el control de la barra libre en los comentarios de publicaciones online. “Hay que dar un paso más en el periodismo digital para que la libertad de expresión no esté por encima del respeto, la responsabilidad y la ética profesional”, asegura en el sitio.
Esta postura de Jimeno es clara. Apunta a una responsabilidad de los medios en lo que publican en sus espacios, en este caso con material de sus lectores. Hay otros que opinan que la red debe ser un espacio de total libertad y que ese debe ser el precio de las nuevas tendencias.
También hay una postura adicional, que tienen algunos portales noticiosos, de que los propios lectores moderen los comentarios, al otorgar votos positivos o negativos o denunciar si consideran que algún comentario está fuera de tono.
La Fundación para un Nuevo Periodismo Iberoamericano (FNPI) también hace cuestionamientos. En su blog
Nodo Digital pregunta cómo los medios pueden aprovechar los comentarios de sus lectores, y apunta a que los periodistas deben entender que hoy una de sus funciones es la de administradores de flujos de conversaciones.
Hay un reto para los medios. Y un reto para los ciudadanos lectores de esos medios digitales. Es el desafío para ese personal que trabaja en los portales noticiosos de lograr mediar con sus comunidades para construir juntos una mejor ciudadanía crítica.
Y es el desafío para esos lectores, totalmente ajenos a la pasividad de antaño. Su reto es el de los argumentos, no de los insultos. Es lo que necesitamos desesperadamente como sociedad cuando debatamos en ese maravilloso mundo online.

viernes, agosto 27

Menos voces críticas, más confort del poder

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Definitivamente no me gusta el estilo de Jorge Ortiz para hacer periodismo. No veo como un referente para el oficio un estilo que destila bastante hígado. Lo escribí hace algunos meses en este mismo blog y hoy el tema vuelve a ser de debate cuando el presentador de Teleamazonas, duro crítico del gobierno ecuatoriano de Rafael Correa, anunció su salida del canal.
Realmente anunció lo que ya muchos sabíamos: que ya estaba fuera. Que lo que tenía que hacerse era el anuncio oficial, en vivo, de su renuncia. Que sus largas vacaciones eran tiempo que le ganaba al tiempo. Que la tensión que generó la batalla entre su postura crítica contra Correa y la contrarréplica del Presidente de Ecuador con duros insultos sabatinos y cadenas nacionales recurrentes, no se podía estirar más. Que la cuerda se iba a romper por el lado más fino.
Y lo que queda para el análisis es que, pese a que nos guste o disguste Ortiz, pese a que su estilo haya tenido tanto fastidio por parte de un sector; una voz crítica, una más, desaparece del periodismo ecuatoriano. Otra voz de contrapoder, esa función que es inherente a la prensa en las sociedades democráticas, se apaga.
Antes fue Carlos Vera, hoy convertido en activista político. Ahora es Jorge Ortiz. Menos voces críticas. Menos disenso. Más miedo. Más cabezas agachadas. Es el signo de los tiempos en Ecuador. De este Ecuador revolucionario y socialista del siglo XXI.

domingo, agosto 1

La ética de compartir

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Somos responsables de conectar gente. Hablo de la conexión en internet. En cualquier lugar del mundo, en este momento, hay alguien que ha leído algo que otro le ha pasado y que a su vez ese otro puede haberlo conocido en un espacio pequeño de algún website. Lo hizo porque halló un link, ese vínculo que encontramos en internet, generalmente en la forma de una manito sobre la que nos posamos y le damos clic.
Esa capacidad de regar información que luego puede ser conocimiento tras un proceso de múltiples cerebros involucrados en ello, la podemos tener cada uno de nosotros en internet. Es lo que se ha denominado la ética del link.
Así la teoriza Jay Rosen, prestigioso profesor del área de periodismo de la Universidad de Nueva York y autor del blog PressThink, un espacio que busca profundizar sobre la prensa y entenderla como un “fantasma de la democracia” en la maquinaria mediática. Un fantasma positivo, por supuesto. Necesario como institución sólida e independiente en las sociedades democráticas.
“Cuando conectamos (ponemos links) estamos expresando la ética del internet, que es el conectar a la gente con el conocimiento. Y la razón por la que usamos links no tiene nada que ver con el copyright, tiene que ver en cómo hacemos que la web sea una web de conexiones y así es como conectamos el conocimiento con las personas”, asegura Rosen.
Las reflexiones del académico apuntan a entender todo un proceso del internet, aún en marcha, en el que el compartir, sin egoísmos, es clave. En el que entregar algo en esa virtualidad, cada vez más orientada a una conexión horizontal y en microsociedades debido a las redes sociales, pueda hacer clic en alguna remota parte.
Lo que Rosen afirma nos puede tocar a todos los internautas. Desde el pequeño blogger que cuenta sus historias sentimentales o deportivas en la red, o el usuario de Facebook o Twitter que comparte una lectura enriquecedora con sus amigos a la par que cuenta su día a día, o el gran medio de comunicación que tiene claro que su sitio no puede tener toda la información, sino que debe –como parte de su ética y compromiso con sus usuarios– compartir otras lecturas, de otros sitios, que puedan dar más contextos a su información.
Es entendernos como pequeños engranajes de una cadena gigantesca que en cualquier momento pueden ser útiles para transmitir pequeñas dosis de cambios, positivos ojalá. Para hacer de esa cadena una estructura poderosa, con todos sus eslabones unidos.
Y en esa dosis de cambio y de esa ética del compartir, Guayaquil vivió exitosamente su segundo BarCamp, con una serie de “desconferencias” con mucha informalidad pero con gran intensidad de deseo de difundir conocimientos.
Ojalá muchos de esos miles de eslabones (presenciales y virtuales) que se juntaron allí, en el campus de la Espol y fuera de él, se agrupen y estructuren ideas para la ciudad, el país y el mundo.

domingo, julio 18

Para ver con los dos ojos

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Tomado de www.bismanphoto.com

En Finlandia, desde este mes de julio, es un derecho ciudadano acceder a una conexión de internet de un mínimo de 1 megabyte por segundo. Es el primer mundo que está pendiente de orientar sus leyes para que sus ciudadanos tengan acceso al conocimiento que hoy circula velozmente y cada vez en mayor medida por la web.
El objetivo finlandés es que en cinco años el acceso mínimo sea de 100 megabytes por segundo. Increíble y envidiable cifra, cuando comenzamos a comparar nuestras distancias (recuerde bien su modesta conexión de 256 kbps que le hace dar más de un coraje).
Ecuador, en el afán de disminuir la brecha digital, ha tomado algunas medidas
últimamente que, de a poco, han conseguido abaratar los costos del servicio de internet de banda ancha. Es obvio que, pese a los esfuerzos, falta mucho por hacer. Sobre todo en lograr que el acceso sea masivo, un objetivo que en el siglo XXI es vital para la competitividad de cualquier país.
Si bien los teléfonos celulares juegan cada vez más un papel preponderante para el acceso al internet (en el futuro mediato será casi regla común que estos aparatos brinden este servicio a precios que irán mejorando), lo ideal es una masificación en los hogares, centros educativos, instituciones en general.
El tema del acceso ciudadano al internet lo ha topado el alcalde de Guayaquil, Jaime Nebot, a propósito de las fiestas julianas. Él ofrece hacer de esta una “ciudad digital”, dotando de puntos de acceso gratuito a internet en diversas zonas turísticas.
Suena positiva su promesa. Ojalá se concrete y que otras ciudades del Ecuador piensen lo mismo y mejor. El acceso a internet es acceso al conocimiento. Seguir en un mundo deficitario en conexiones es como tener una sociedad que deambula con un solo ojo por las calles de sus ciudades. Van, parchados, viendo el mundo con una sola mirada, imposibilitados de entender esa otra realidad que se va forjando en el mundo on-line y que, lo acepten o no, los involucra, los influye ahora o los involucrará o los influirá mañana.
Y así como Finlandia, en Europa, ofrece garantías para sus ciudadanos, el mundo entero reclama el acceso a internet como algo ya básico. La
BBC hizo una encuesta global en 26 países a más de 27.000 adultos. El 79% respondió que el acceso a la red debe ser “un derecho fundamental de todas las personas”. Además, la mayoría mira a la red como un espacio positivo, un excelente lugar para aprender y que genera mayor libertad a sus vidas.
¿Ciudades digitales en el Ecuador? ¿Más y mejor acceso a internet? ¿Un servicio cada vez más barato? Son varios retos adicionales para los alcaldes ecuatorianos. Para las autoridades ecuatorianas en general. Para los posibles emprendedores que inundan la red con ideas en sus excelentes blogs y portales. Para todos aquellos que no quieran que sus ciudadanos y contemporáneos vayan por sus calles viendo el mundo con un solo ojo.

jueves, julio 15

En Facebook no dejamos de ser periodistas

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Tomado de farm3.static.flickr.com
A Octavia Nasr no le sirvieron de escudos sus 20 años como corresponsal de CNN. La cadena de noticias la despidió porque usó su cuenta de Twitter para expresar su pesar por la muerte de un clérigo libanés considerado "terrorista" por los Estados Unidos.
El Gran Ayatolá Sayyed Mohammed Hussein Fadlallah, según esta nota de la BBC, el clérigo chiíta más influyente en el Líbano y quien inspiró al grupo militante Hezbolá, falleció a inicios de este mes en Beirut.
Nasr había escrito, apenas enterarse del fallecimiento: "Me entristece oír que murió Sayyed Mohammad Hussein Fadlallah... uno de los grandes de Hezbolá que yo respetaba mucho".
El despido de Nasr (acá su argumento y disculpa por el tweet) que, según la CNN se da porque su comentario comprometía la credibilidad de la corresponsal en el Medio Oriente, no es el único. Es uno de los últimos de una serie de eventos que se han dado en tiempos recientes, en que el uso de las redes sociales está profundizándose cada vez más en las redacciones. Y como todo lo nuevo, aún hay miedos, dudas y líneas muy delgadas sobre si se puede separar lo institucional de lo personal en los comentarios de los periodistas en estos sitios.
¿Son realmente dos voces las que se pueden separar? ¿Podemos hablar de que hay un ser que a veces escribe como periodista y en otras veces lo hace como no periodista? Plantearía estas interrogantes como primer paso para la reflexión. Y la respuesta obvia es que no. El periodista es el ciudadano. El ciudadano es el periodista. Lo que dice en las redes es su única voz y debe entenderse como otra más de sus responsabilidades frente a su público, por pequeño que sea y que, lo querramos o no, interpretará nuestros comentarios como parte de nuestra realidad periodística.
¿Somos entonces esclavos de nuestro oficio? Yo diría que la ética inherente al periodismo es la de la disposición permanente para el oficio. Somos periodistas las 24 horas del día, lo que no significa que no tengamos vida propia ni que podamos usar las redes sociales para comentar sobre trivialidades de nuestras realidades personales, si así lo queremos. Lo que está claro es que las redes, si las usamos como parte de nuestra perspectiva profesional, tienen las mismas reglas que el papel, que la televisión o la radio. Allí están vigentes la ética, el citar la fuente, el argumentar, el aceptar la crítica con altura, el diferenciar la opinión de la información. Está vigente, sobre todo, buscar ese triángulo fundamental del periodismo: la búsqueda de la verdad con responsabilidad e independencia.
Hay un debate intenso en estos momentos en algunos grandes medios sobre qué hacer. Unos han tomado una medida radical: el control de lo que dicen sus periodistas en las redes. Otros piensan que eso es una censura, esa que los medios siempre han criticado de parte del poder.
Estoy convencido en las posibilidades infinitas de la libertad de la red. Suscribo esa libertad. Pero por supuesto que esa posibilidad de ser libre viene aparejada, como siempre lo ha sido en el oficio, con una gran responsabilidad. El debate sigue abierto.

Algunas políticas de medios sobre redes sociales y más:

Las reglas de The Washington Post para sus periodistas.
Lineamientos de Associated Press.
La política para los periodistas de The New York Times.
Lineamientos de Folha de Sao Paulo.
Las reglas de Reuters.
Las reglas de WSJ "son muy restrictivas". Una visión desde el Nieman Journalism Lab.
Jeff Jarvis, contra los controles en redes sociales.
Participa en foro de la FNPI: ¿Deben los medios controlar lo que sus periodistas hacen en las redes sociales?
Despiden a periodistas por postear videos satíricos en YouTube.

martes, julio 6

Reporteros, ¡aquí hay ayuda!

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Hay un mal que a veces se toma las redacciones: las fuentes repetidas. Que si se llama al mismo economista, que el sociólogo tal opina sobre esto y sobre lo otro. Que el analista político vuelve a dar su discurso. El mismo de siempre.
Hay desidia a veces, desinterés en ir más allá de la agenda gastada de contactos. Por eso me ha llamado tanto la atención el sitio Helpareporter. Fundado hace dos años por el emprendedor estadounidense Peter Shankman, este sitio es una red social dedicada a encontrar expertos que contesten las inquietudes de periodistas y bloggers en todo el mundo.
Su base de dactos actual habla de más de 100.000 fuentes activas y más de 30.000 periodistas inscritos. El proceso es sencillo y gratuito. Un periodista o blogger ingresa al sitio, se suscribe dando su correo electrónico y pasa a formar parte de la base de datos. Si alguna vez tiene una inquietud pues la hace y su pregunta le llega a los miles de expertos diseminados en el mundo.
ABC, CBS, Reuters, CNN, Gannett, algunas de las agencias más importantes del mundo hacen consultas a través de sus periodistas.
Al suscribirse se reciben tres mails diarios (el primero antes de que salga el sol), cada uno con una treintena de inquietudes de diversos comunicadores del mundo. Desde aquellos que buscan historias de aficionados a los videojuegos, del que quiere saber cuál es la mejor forma de hacerle seguimiento a un plan estratégico de negocios, de la autora que rastrea historias de fantasmas en las carreteras hasta la ansiedad de una investigadora que quiere saber la opinión de las mujeres sobre qué piensan de los hombres que visten camisas rojas.
Helpareporter (que se financia con marketing directo y viral) es una oportunidad interesante para explorar otras formar de comunicarnos, de obtener informaciones. El sitio, que inicialmente fue un grupo en Facebook, está en inglés, esperando el emprendimiento iberoamericano para que haya una iniciativa similar en español.

domingo, junio 20

Neda, su voz, su hito

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Cuando se escriba la historia sobre las diversas formas de comunicación en internet que se consolidaron en este inicio del siglo XXI, el nombre Neda tendrá un lugar importante.
Treinta, cincuenta años después, los sociólogos, teóricos y estudiosos de la comunicación se detendrán en este nombre de mujer, para recordar un hito fundamental en la historia de las redes sociales y su poder influyente para generar movimientos en las sociedades contemporáneas. La imagen de esa iraní de 27 años, y de su sangre derramada en las calles de Teherán mientras moría con los ojos abiertos, es, y será, una pieza clave para entender una época.
Hoy se cumple un año del asesinato de Neda por una bala anónima de un francotirador en esas calles convulsas de la capital iraní. Hace un año, una parte del pueblo de Irán se rebeló y se lanzó a las calles a protestar contra una reelección –acusada de irregular– de un régimen que no permite libertades individuales básicas en una sociedad democrática.
El tema Neda entra otra vez al ruedo con algunos análisis y documentales sobre todo lo que generó el video de su muerte, que fue colgado horas después en YouTube. Una filmación que para llegar a internet tuvo una cadena de custodia marcada por el temor al poder censurador del régimen de Mahmoud Ahmadineyad. Un celular anónimo, luego un doctor inidentificado enviando un correo a varias cuentas fuera de Irán y por último la puesta en el portal de videos por otro anónimo iraní en Holanda, formaron el triángulo básico que cumplió con la súplica que partió del correo electrónico rebelde: “Por favor, deja que el mundo se entere”.


Neda Agha Soltan.
Tomada de blogswork.files.wordpress.com

El mundo se enteró. Y se conmovió. El video de la muerte de Neda Agha Soltan, que hace poco recibió el prestigioso premio de periodismo George Polk y que el Poynter Institute incluyó entre los 200 momentos que transformaron el periodismo en la década 2000-2009, fue el canal para crear un símbolo y una inspiración para la resistencia a un poder polémico.
El propio portal YouTube, en su blog, analiza cómo el video ciudadano es hoy una herramienta para luchar contra la violación de los derechos humanos que se registran en diversas partes del mundo. Estos videos “están haciendo visible lo que antes no era visible (...). En el pasado, esta clase de imágenes las veíamos principalmente en las noticias nocturnas o en documentales, y aun así solo ocasionalmente. Pero ahora que el uso de cámaras y acceso a internet está mucho más extendido (incluyendo a los países en vías de desarrollo), encontramos imágenes sobre derechos humanos mucho más directamente”.
El análisis apunta a que lugares remotos, muchas veces bajo dictaduras, tienen un respiro al poder gritar sus suplicios en la forma de un video. Y las grandes cadenas también difunden ese grito. HBO estrena en EE.UU., y YouTube lo comparte también, el documental Por Neda, un trabajo valiente de un periodista iraní en el extranjero que regresa a su país para, de forma oculta, entrevistar a la familia de la víctima y revelar al mundo quién era esta joven, cómo pensaba, por qué quería rebelarse frente a una visión que pisoteaba sus derechos de mujer, de ciudadana.


Neda, se dice en el documental, es un nombre persa que significa “la voz”. Hace un año la imagen de Neda en el piso fue eso: una voz. Un símbolo que en forma de video que se viraliza por el planeta grita indignado que en una parte del mundo, así como en otras, hay gente que no puede ser libre.

jueves, junio 17

Quieren que rija la época de la tibieza

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Tomado de tinypic.com
El siguiente panorama está a un paso de ser factible en Ecuador. Un día, cualquier periodista de una Redacción de un medio ecuatoriano (más si es de uno independiente y crítico con el poder) podrá recibir en su escritorio una citación.
De repente le dirán que un cabildo o una asamblea popular, manejada por algún dirigente de los "de base" del poder vigente, lo cita para que explique las causas de su reportaje, noticia, o lo que sea que haya producido. Le pedirán cuentas por alguna información que a este grupo comunitario no agradó, consideró inexacta o poco veraz, adjetivo que se maneja repetidamente por los críticos de la prensa que buscan legislarla -no para esa mejora necesarísima por las deficiencias que sí tiene-, sino para acorralarla.
Lo que se pretende con el Consejo de Comunicación es callar a las pocas voces y medios críticos que van quedando. El Consejo, un órgano que será el mandamás de los medios en el país, integrado por dos miembros del Ejecutivo y con cinco más de los que hay derecho a dudar de su independencia, ha sido aprobado en primera instancia, y ahora necesitará solo los votos de la mayoría oficialista en la Asamblea para ser una daga real para la prensa ecuatoriana.
Lo que quiere ese poder es que nos dediquemos a hablar de la farándula. Que insistamos con fiereza en la jerarquización deportiva, en los proyectos televisivos o abundemos en las grandes producciones hollywoodenses. Quisieran que, de repente, nos volcáramos solo a chequear el movimiento de los ciudadanos en los parques, en reconstruir procesos de la sociedad, tan necesarios por supuesto en la prensa. Quieren que nuestros esfuerzos se vean obligados a orientarnos en los extremos banal-enciclopédico, en lo inofensivo, en lo aséptico.
Lo que no quieren son ojos ni oídos en los contratos irregulares, en las emergencias en salud que han movido contratos millonarios pero que no extirpan la ausencia de hasta aspirinas en los hospitales públicos. No quieren ojos, oídos ni talento en el análisis o interpretación (palabra que asusta) de por qué hay una escalada terrible de la delincuencia, de por qué la AFP da la versión al mundo que en Ecuador, hasta de forma online, se contratan a sicarios, o que es evidente que funcionarios de entidades supuestamente independientes reciben órdenes, que acatan con rapidez, desde la tribuna de un enlace sabatino público.
Se viene, entonces, colegas, de pasar esto, una época más dura. Es la época en que nos quieren obligar a la tibieza, al esparadrapo, a voltear la cabeza, a que nosotros mismos nos pongamos las vendas y los tapones de oídos. A no ser que mejor veamos el Mundial u oigamos la música que nos persigue donde vamos y que dice que el país está en marcha.

sábado, junio 5

Con licencia para odiar

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Tomado de www.fotolog.com

El odio se riega por internet y las redes sociales son un vehículo para descargar pasiones de forma colectiva. Algunos grupos que se crean en Facebook parecen un chiste, pueden arrancar una sonrisa, pero tienen una carga profunda que se presta para el análisis.
Hay para todos los gustos. Desde aquel inquieto ciudadano que se siente contrariado los sábados por la mañana y que decidió crear un grupo llamado “Odio las cadenas nacionales del Presidente”, al que lo siguen casi 33 mil personas. O aquel otro que piensa que solo su preferencia musical es la correcta, por lo que hace una plegaria, secundada por más de 95 mil seguidores: “Dios, déjanos a Cerati y te mandamos a Arjona”.
Es el signo de los tiempos. Vivimos una época de peligrosa polarización. Los liderazgos políticos regionales y los críticos de esos liderazgos han abonado para el mensaje de los extremos. De blancos y negros, de estar con una visión o contra ella. De ser amigo o enemigo. Es un discurso que olvida los matices.
Las redes sociales son parte de ese espejo. Su reflejo muestra que no solamente en la región se acentúa la intolerancia. El centro Simon Wiesenthal, una organización judía que busca defender los derechos humanos y fomentar la tolerancia, publicó su informe Facebook, YouTube. Cómo las redes sociales desahogan impacto en el terrorismo digital y el odio, del que la prensa mundial se hizo eco recientemente. En él se hace un inventario de cómo estas dos redes sociales han sido el espacio para aglutinar virtualmente a grupos de odio. Hay desde los que buscan la muerte de los gays en Serbia; los que quieren que los rumanos salgan de Italia, o los griegos, miembros de un grupo que propugna la “supremacía blanca” y que comparte un video titulado Hitler, salvador de Alemania y su creencia de que “solo el nacionalsocialismo puede restaurar el orden y la disciplina, la esperanza, tan largamente destruida por el maligno sistema de la democracia”.
En definitiva, el centro identificó 11.500 sites que fomentan el odio y el terrorismo, y que el “más grande incremento” de desprecio digital ha provenido de Facebook y YouTube, sitios que luego de recibir este informe aseguran que han incrementado sus filtros de seguridad y trabajado en la eliminación de estos grupos.
El tema va más allá de Facebook. La BBC publicó hace poco una nota titulada El odio en internet también es social. En ella analiza cómo Formspring, la red social que permite hacer preguntas anónimamente con el objetivo de conocer mejor a amigos y a cualquiera que tenga una cuenta en el sitio, se ha convertido también en una especie de muro virtual para el insulto, en especial entre adolescentes, un grupo que puede tener un fuerte deseo de exhibición y ser poco reflexivo sobre la importancia de su reputación.
“Esta situación es seria porque generalmente los padres no están preparados para guiar a sus hijos en estas situaciones, y las escuelas no sienten la responsabilidad de intervenir”, le dijo a este portal el abogado brasileño Alexandre Rodrigues Atheniense.
¿Cuántas gotas podemos aportar a esos mares de intolerancia en nuestros pequeños espacios virtuales? ¿Lo reflexionamos cuando insultamos al equipo rival de fútbol y a sus hinchas? ¿Cuando participamos en las tradicionales cadenas de mails con insultos y montajes? El asunto no es si Cerati es mejor que Arjona. O al revés. O que el rock debe aplastar al reggaetón. Es simple convivencia. Es simple respeto por el gusto del otro.

domingo, mayo 16

Murió el maestro, murió Carlos Villar Borda

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Carlos Villar Borda, periodista colombiano.
Foto: Diario El Universo

A Carlos Villar Borda lo conocí cuando yo recién empezaba a ejercer el oficio más maravilloso del mundo. Canoso, de paso lento, con sus lentes y barba de abuelo, muy acorde a los inicios de sus setenta. Tenía una voz fuerte para sentenciar algo, para decir que esto era o no era así.
Hablaba con pasión del periodismo, un oficio que para él era como respirar. Hablaba, también, con la entrega de una persona que estaba dedicada en esos momentos a formar periodistas. Tenía una visión clásica del periodismo, esa que te martillaba que los que comienzan en esto deben primero aprender a escribir bien un breve para luego querer hacer una crónica.
Tenía, además, varias manías de periodista, de esos que casi todo lo relacionan con el oficio, con la posibilidad de una noticia, de una foto. Con ese algo que puede terminar impreso en un papel periódico que te manche los dedos. Recuerdo cómo le fascinaba analizar las posibilidades de leads en una información dura. Pensaba que muchas veces podíamos ser audaces en sus encabezados sin perder la compostura, pero sobre todo creía en que había que sudar la palabra.
A Carlos Villar Borda, ese periodista colombiano que acaba de fallecer en Bogotá a los 84 años, le movía una pasión -que a veces parecía la de un niño-, al descubrir que detrás de eso de lo que estabas hablando había una gran historia, una posibilidad maravillosa para hacer una crónica.
Vivió caídas de presidentes, revoluciones, muertes de guerrilleros (informó del asesinato del Che Guevara en una reportería increíble que se reseña en su libro La Pasión del Periodismo). En un solo concepto que marcó al siglo XX: vivió la Guerra Fría. La reportó desde Washington, Nueva York, Bogotá, Caracas, La Paz, o desde donde le tocaba vivirla a través de su trabajo por más de dos décadas en la desaparecida United Press International (UPI), con la que realizó coberturas en más de 30 países. Fue, también, director de Lecturas Dominicales de Diario El Tiempo y recorrió Latinoamérica para dar asesorías.
Entre esas, ya en sus últimas etapas como parte fundamental en los procesos de cambio y modernización de Diario El Universo, en Guayaquil, tuve la suerte de recibir sus consejos. De poder acercármele después de una cobertura y preguntarle, angustiado, si lo había hecho bien.
De escucharlo entrar a la Redacción y alzar la voz para dirigirse a una periodista experimentada a la que él respetaba y solo saludarla con una palabra: ¡Periodista! Para él esa palabra encerraba un estilo de vida, un destino. Era, a la vez, fortaleza, vigor, amor, vocación de por vida.

sábado, mayo 8

Iguana Valley y el sueño del emprendimiento digital

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El conocimiento, si no se lo transmite, no sirve de mucho. Saber y compartir; entender y entregar; juntar y mediar. Ese es el concepto global de un grupo de profesionales ecuatorianos que quieren hacer algo distinto dentro de la comunidad tecnológica del país.
Tienen un nombre: Iguana Valley, una iniciativa que busca reunir a emprendedores en el área tecnológica y de internet de Ecuador y difundir conocimiento sobre estos campos para disminuir la brecha digital, ese hueco terrible que tienen los países en los que el acceso a las tecnologías no se da ampliamente por falta de infraestructura y por un problema mayor: el desconocimiento.
En plena era digital, Iguana Valley es el modelo ecuatoriano de iniciativas similares en otros países. México tiene Tequila Valley; Argentina, Palermo Valley; y Perú su Lima Valley, por citar tres ejemplos que acogen esa filosofía de trabajo: juntar talentos en un país para difundir conocimiento, generalmente de forma gratuita, y además posibilitar emprendimientos empresariales a partir de esos encuentros entre gente con capacidades distintas pero una necesidad mutua: el deseo de crear sus propios negocios.
Lo del concepto Valley tiene su origen en Sillicon Valley, esa área de California en donde grandes industrias de la tecnología se han asentado ya por décadas. Acá, en Ecuador, el Iguana Valley recién empieza (tiene poco más de un año de actividad), con grandes sueños de unas 40 personas involucradas, principalmente profesionales de Guayaquil y Quito.
Por ahora lo que se cocina es un nuevo BarCamp (un evento informal al que se lo llama desconferencia, en que se junta a quienes deseen dar charlas gratuitas sobre múltiples temas tecnológicos) y se intenta formalizar un sábado cada mes un evento denominado Refresh, en los que se convoca a la comunidad interesada para tratar un tema específico.
Eduardo Béjar, director de la Fundación de Ayuda para el Internet (Fundapi), uno de los involucrados en Guayaquil con Iguana Valley, recuerda que es importante el concepto de emprendedores en este proceso de la agrupación. “Siempre recuerdo que les decía a mis alumnos que con la misma conexión (a internet) que ellos tienen ahora en su casa se creó Facebook, Google, Yahoo”. Para él, es necesario juntarse y dejar a un lado la ley del menor esfuerzo y la retribución inmediata.
Iván Lasso, un profesor de informática español radicado en Quito desde hace casi catorce años, es otro de los integrantes de la comunidad. Él recalca que lo que los une con mayor énfasis es el deseo de difundir el manejo adecuado de la tecnología, mientras que otro miembro de la comunidad, Eduardo Palacios, uno de los editores de Tecnodatum, piensa que es necesario abrir los ojos a la gente.
Esa mirada amplia implica abrir el grupo y lograr llegar a capacitar a cualquier profesional que quiera mejorar en su trabajo con herramientas que están allí, al alcance de la mano. Esas que para los curiosos basta buscarlas en Google en la forma de un tutorial que explica qué hacer con cualquier software o aplicación que parezca difícil. Solo hay que tener la iniciativa y dejar atrás ese mito de que la tecnología es exclusiva de iluminados.

sábado, mayo 1

La hora del absurdo, de los muertos, de la intransigencia

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Tomado de http://www.javiervelilla.es/

A veces uno llega a creer que en Europa no se respiran los absurdos que en esta América hermosa y diversa. Pero cuando se lee lo que pasa en Italia y las perlas de su primer ministro, el todopoderoso Silvio Berlusconi, uno recuerda que al menos una parte de esa Europa es tan cercana en esencia a nuestras tragedias.
Berlusconi responde al prototipo del líder prepotente. A esos de los que no importa si los clasificamos en la derecha o en la izquierda radical. Son prepotentes. Y punto. Y como tales no les gusta la crítica. Fácil deducción entonces: no les gusta la prensa. Al menos que no sea crítica o al menos que sea de ellos. O al menos que esté entregada a las mieles de ese poder, y que jueguen a la maravilla de ver, oír y callar. Les gusta la que usa vendas, tapones y esparadrapos, algunos sin siquiera saber que los llevan puestos, que es lo más doloroso.
Recuerdo a Berlusconi estos días en que hablamos más de la Libertad de Prensa, cuyo día especial se conmemora este 3 de mayo. A ese Berlusconi que hace poco acusó públicamente a Roberto Saviano -el periodista y escritor italiano que publicó Gomorra y desnudó la miseria y corrupción en las entrañas de Italia-, de hacerle publicidad a la mafia y de dañar la reputación de todo un país.
Berlusconi quisiera un ejército de periodistas ataviado de vendas, tapones y esparadrapos. La Italia ideal para el magnate de medios y de incontables empresas de todo tipo, es esa: una Italia con periodistas como los de sus medios, esos que celebran, que aplauden, que sonríen, que denigran.
Berlusconi en Italia; Ahmadineyad en Irán; Fidel Castro en Cuba; Hugo Chávez en Venezuela; Cristina de Kirchner, en Argentina; Rafael Correa en Ecuador; Álvaro Uribe en Colombia. Todos tienen en común su antipatía a la prensa no complaciente (la otra, la sorda, ciega y muda, la ven como simplemente una dependencia pública más). Todos coinciden en el poco entendimiento que tienen de sus esencias, de comprender que es una pieza fundamental en las sociedades democráticas que necesitan herramientas de contrapoder, de fiscalización a su poder. Todos comparten el ignorar la esencia de un oficio repleto de complejidades y errores, pero piedra angular en la historia como difusor de información que luego se ha transformado en conocimiento.
Es este lunes el Día de la Libertad de Prensa. Hora de volver a reflexionar sobre estas presiones. Recordar a los muertos, analizar la violencia contra el oficio. Fueron 99 los periodistas asesinados en el 2009; 136 los encarcelados en el mismo año. El oficio en México sigue desgarrándose e inclinándose ante el horror del narcotráfico, de la rutinización de la tragedia y la inoperancia de sus autoridades; Honduras rompe récords con siete periodistas asesinados en los últimos dos meses. En Cuba -donde hay 27 periodistas presos, entre ellos la primera blogger encarcelada, Dania García-, se intenta silenciar a las voces que gritan por la web el dolor de vivir en un país donde no hay libertades básicas como las de expresión o movilización. En Argentina, a la prensa que antes fue amiga, hoy se la denigra con carteles públicos, al más puro estilo del fascismo.


Carteles en Buenos Aires contra el grupo Clarín.
Tomado de
www.medimanagementblog.files.wordpress
La lista, lastimosamente, es más amplia. Los peligros, las tensiones, los dolores para el periodismo y toda la sociedad, pueden palparse en un viaje imaginario tipo Google Earth por Latinoamérica; cruzar el Atlántico a la vieja Europa evadiendo mafias rusas e italianas enquistadas en las esferas del poder; atravesar el Medio Oriente esquivando las balas de la intolerancia político-religiosa; sobrevolar por China y franquear otra muralla, esa que se edifica contra internet y luego llegar a África para sobrevivir en medio de dictaduras que importan poco al mundo noticioso.
Es la hora del absurdo. Siempre lo ha sido. Es la hora de los muertos. Que ahora crecen con mayor impunidad. Es la hora de la intransigencia. La eterna, la milenaria.

sábado, abril 17

La tecnología también se puede enseñar con cómics

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Uno de los comics en www.proyectoautodidacta.com

Aprender de informática, de internet, por medio del cómic. Compartir con usuarios de la red conocimientos de manera pedagógica. Proyecto autodidacta busca aportar sobre cosas sencillas y otras no tanto del mundo de las computadoras, sus sistemas e internet.
Iván Lasso, un profesor de informática español radicado en Ecuador desde hace 14 años, es quien está tras este emprendimiento digital. Un apasionado del cómic, Lasso, quien vive en Quito, por ahora le saca tiempo al tiempo para contribuir con este portal.

¿Cómo surgió la idea de www.proyectoautodidacta.com? ¿Por qué el cómic como una de las principales herramientas comunicacionales?
El origen está en un ensayo de Scott McCloud llamado "La revolución de los cómics". Más allá del contenido en sí mismo, también me impactó cómo estaba realizado: era un ensayo en cómic. Por este medio, McCloud era capaz de exponer sus tesis y hacernos reflexionar con la misma intensidad y profundidad que si lo hubiera hecho únicamente con texto. En aquel momento yo andaba dándole vueltas a alguna forma de realizar tutoriales que fueran facilmente accesibles para cualquier persona. Dado que no soy dibujante, pero que conozco (y amo) el medio, decidí intentar hacer mis propias historietas con los medios a mi alcance y las pocas habilidades que tuviera. Y ahí está el resultado.
Pero más allá de mi propia experiencia, si analizamos el medio podemos descubrir todas las virtudes que encierra. El cómic, por su propia lógica interna, divide la información en trozos, lo que la hace más fácil de asimilar; las imágenes refuerzan la información y la amplían; y, lo más importante, demanda la intervención del lector al tener que recrear en su cabeza los sonidos, el movimiento y el paso del tiempo de manera que provoca una actividad intelectual que ayuda a retener la información.

¿Cuántas personas trabajan en el sitio?
Una: yo. Sin embargo, Rafa Osuna (de cabreados.org) me brinda el hosting y me quita un gran dolor de cabeza con ello.

¿Qué tipos de temas se topan en este espacio?
Trato de tocar aquellos que, en base a mi experiencia como profesor, considero que son necesarios para tener un conocimiento de base de la tecnología para luego poder comprender con más facilidad todos los conceptos que se nos presentan. En modo texto, trato temas un poco más avanzados o menos generales, centrándome en el uso de programas. También me gusta mucho el audio, donde me estoy decantando por tocar cosas más teóricas. El contenido de todos los "modos" lo tengo de manera que progresa desde lo más básico (en cómic), lo intermedio (el texto) y lo un poco más avanzado (audio y vídeo).

¿Cuánto tiempo te lleva caricaturizar cada temática?
Lo más laborioso es el guión. Cuando el guión está hecho, cada página me lleva entre una hora y media y tres horas, dependiendo del contenido. En cuanto al guión, depende. Trato de trabajar elaborando el guión de varias páginas en una jornada, pero depende de la documentación que necesite. Trato de corroborar cada dato que doy para no caer en errores y me documento todo lo posible de diferentes fuentes. Y claro, luego está el proceso de seleccionar y abreviar la información, porque trato de que cada página sea casi individual. Eso quizás es lo que me lleve más tiempo.

La blogósfera y el internet en general son una mina de excelentes iniciativas personales que, por lo general, son trabajo extra, en el tiempo libre de los empleos formales que hacen diversos profesionales y que generan satisfacción personal, pero no una posibilidad de dedicarse de lleno a eso con un ingreso regular. ¿Cómo sustentar un proyecto como este?
Eso me gustaría saber a mí ;-). Creo que, invariablemente, pasa por el transcurso del tiempo y por el empeño que pongas en tu proyecto. El mayor problema es que tienes que realizar tú todas las tareas: armar el sitio, darle mantenimiento, generar contenido y darle difusión. Y el costo de todo ello se mide principalmente en tiempo. Sin embargo, a la larga, si quieres que tu proyecto realmente crezca, has de terminar entregando todo tu tiempo a él. ¿Puedes hacerlo sólo a medio tiempo? Claro, pero te costará más. Depende de tus objetivos. Si son monetarios, deberas entregarte más.
Además, hay que considerar que los beneficios que puedes obtener no tienen por qué ser directos, sino indirectos. Es lo que se conoce como un loss leader: un producto que no te rinde beneficios por sí mismo pero gracias al cual obtienes "efectos colaterales" que pueden resultar muy interesantes. La mayoría de los blogs que triunfan terminan siendo eso para sus creadores.

martes, abril 13

Se viene el Armagedón periodístico

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Tomado de http://www.robertfinkelstein.files.wordpress.com/

El poder oficial es el invitado principal de los medios públicos en Ecuador, que en la cruda realidad no llegan a ser públicos, sino estatales.
Un reciente informe de Fundamedios lo demuestra. Ese estudio, publicado en Diario El Universo, ha molestado a ese poder mediático (ese que prefiere largamente a los ministros y sus profecías de paraísos, que a los ciudadanos a los que dice priorizar), y ha iniciado una evidente campaña contra los médiums, los mass-media, los medios burgueses o poderes fácticos, esas etiquetas singulares con las que han agrupado generalizadoramente a toda la prensa privada.
Entonces, como eso se publica, como esa herida se la restriega, lo que se viene es el anuncio del Armagedón, el infierno para esa prensa privada que sigue -atrevida- ejerciendo su labor fiscalizadora a ese poder. Claro, con errores, como siempre los ha tenido. Con carencias y falta de autocrítica, como siempre las ha tenido, falencias que deben ser motivo de análisis internos y rectificaciones.
Ese Apocalipsis comienza con un adelanto de El Telégrafo, que en un editorial increíble titulado "Crisis de lectoría", alerta sobre el terror de esos medios privados ante un evidente deterioro de su público lector y porque -atención- se viene el periodismo que "el pueblo espera".
"(...) Deberían transparentar sus cifras de circulación. En ese momento, el Ecuador entero se daría cuenta de que toda esa guerra mediática contra El Telégrafo no es otra cosa que el síntoma aterrador de un nerviosismo por la llegada de dos competidores que el pueblo espera: El Telégrafo con el mismo concepto, pero con primicias e información de actualidad y un Diario Popular que retrate a la mayoría, respetando la dignidad del ser humano", se asegura.
La primera alerta del Armagedón la da entonces el diario oficial. Al día siguiente, muy en la mañana, GamaTV, canal incautado, sigue la misma línea. Es solo una coincidencia. Ahora muestra un reportaje en que asegura que los dos principales diarios del país, El Universo y El Comercio, que junto a Hoy y Expreso, principalmente, han ejercido un periodismo fiscalizador al gobierno de la revolución, están perdiendo lectoría en un "proceso imparable", como dramáticamente lo enfatiza su periodista, Hermes Campoverde.
Entonces, ad portas del Apocalipsis, releo lo que dice el presidente de EcuadorTV y la Radio Pública y coordinador de los medios incautados en Ecuador, Enrique Arosemena. Él, que se ufana de que el noticiero de TC Televisión -antes rehén de una forma dolorosa de hacer periodismo y ahora rehén de otra forma torpe de hacer propaganda- es el más visto ya que "ha mantenido su línea exitosa de crónica roja".
Él, que niega que hayan injerencias en las líneas editoriales de los medios públicos, y que los defiende "a capa y espada" como espacios que no deben tener sesgo, suelta una frase reveladora: "Como hay un Jorge Ortiz en la televisión también existe un Carlos Ochoa". Eso, en referencia a dos presentadores que están haciendo daño al periodismo ecuatoriano. El uno, en Teleamazonas, con su sesgo y periodismo de hígado, como lo dije en un post anterior, y el otro, con el mismo sesgo, pero desde la vereda revolucionaria.
¿Medios públicos? ¿medios que privilegian a la ciudadanía? ¿medios que no censuran como sí lo hace la prensa "burguesa"? Sé que hay gente que creyó en esta idea. La respeto muchísimo. Tengo amigos queridos a los que admiro por su trabajo, su pasión, su vocación por un periodismo plural, ético, íntegro. Para ellos, mi respeto siempre. Pero creo que la máscara está totalmente en el piso ahora.

sábado, abril 10

Medios para transformar

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Transformar es la palabra clave. Promover cambios de vida, demostrar que se pueden edificar historias de esperanza cuando transmitimos algo en un medio de comunicación.
Ese concepto se profundiza en Guayaquil, uno de los tres lugares escogidos en el mundo como parte de un proyecto piloto mundial de la comunidad Bahá’í.
La fe Bahá’í, una religión nacida en la antigua Persia hace más de 160 años y que propugna como filosofía la tolerancia a las diversas creencias y la unidad espiritual de la humanidad, seleccionó a Guayaquil, además de Canoas, en Brasil, y Toronto, en Canadá, como parte de un concepto: Medios para la transformación.
¿Cómo transformar desde los medios? ¿solo los grandes medios masivos pueden hacerlo? Katty Simisterra (kattyscoggin@gmail.com), periodista guayaquileña que está al frente del proyecto, cree en el potencial positivo de los medios, en su poder para hacer reaccionar. El trabajo, por ahora dedicado a jóvenes de 12 a 14 años en una zona de Chongón y listo para realizarse con otros adolescentes del colegio Steiner, no es en grandes programas de televisión con amplio rating. Tres personas a tiempo completo y cinco voluntarios producen dramatizados televisivos que se comparten con los jóvenes para reflexionar.
Entrar a una comunidad a través de sus jóvenes, orientarlos en temas tan comunes como las presiones sociales por la moda, la ayuda a la familia, la responsabilidad o la honestidad, son parte del contenido.
El tema de este proyecto Bahá’í, impulsado por la Oficina de Desarrollo Socioeconómico de esta religión, con sede en Haifa, Israel, debe hacernos pensar a los periodistas y a todos aquellos que tenemos la maravillosa suerte de poder comunicar en diversas vías. Me saltan preguntas y autocríticas: ¿Qué más podemos dar fuera de los temas que todos los días nos atormentan en las salas de redacciones? ¿Cómo nos exprimimos creativamente para impulsar mucho más esa esencia transformadora que tienen los medios? ¿Cómo nos exigimos aún más para ir más allá de toda la podredumbre que también debemos mostrar? Porque frente a esa teoría de que los periodistas “solo damos noticias malas”, solo puedo contestar que el periodismo aséptico no ayuda a una sociedad que también tiene que ver sus dolores porque no publicándolos no desaparecen.
Ante esas dudas acudo al maestro, al polaco universal Ryszard Kapuscinski , ese periodista que entendió y dejó toda una escuela que enseña a vivir el periodismo como un oficio con demasiadas responsabilidades que siempre debe vestirse de la piel del otro. Que se debe intentar vivirlo con una extremada sensibilidad por ese otro.
Dos frases de él para martillar: “Cuando uno opta por describir la realidad, su escritura influye sobre esa realidad”. “El verdadero periodismo es intencional, a saber: aquel que se fija un objetivo y que intenta provocar algún tipo de cambio. No hay otro periodismo posible”.

viernes, marzo 19

¿Blogger o Wordpress?

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Es un viejo debate. Y cada cual tiene sus preferencias a la hora de usar un blog. Fernando González, webmaster del Centro de Periodismo Digital (CPD) de la Universidad de Guadalajara, México, nos cuenta algunos tips para los periodistas que quieran iniciar sus emprendimientos personales en la web.
Él dio la charla Lanzando una página web, la primera del taller Desafíos y oportunidades del Periodismo Digital, que brinda estos días en Guadalajara el CPD.


domingo, marzo 14

Jorge Ortiz y el error de la generalización

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Jorge Ortiz, presentador de televisión de Teleamazonas.
Tomado de eluniverso.com

No es cuestión de que nos caiga bien o mal. Porque a algunos críticos, e incluso colegas, les he escuchado el argumento de que el periodista ecuatoriano Jorge Ortiz es antipático.
No voy a entrar en ese análisis. No interesa. Lo que sí me parece vital es decir que no creo en la generalización. No creo en que deban, cada sábado, meternos en el mismo saco a todos los periodistas y que de repente todos seamos como Jorge Ortiz. Así, sin matices.
El presentador de televisión de Teleamazonas se equivoca demasiado. Se endurece en demasía, prejuicia en demasía. Estigmatiza en demasía. Utiliza el recurso de la exageración en sus palabras, en su rictus, en su tono de voz. En su compostura. Y nos hace daño a los demás. Cuando aparecen estos yerros, esa postura, esa ritualidad de todas las mañanas, ese ir y venir de entrevistados que a veces marcan agendas noticiosas en el Ecuador y que tocan intereses del poder, nos están generando una injusta etiqueta a toda la prensa.
No creo en el periodismo de hígado. Ese que destila odio al entrevistar. O el que no hace una pausa en medio del vértigo para tratar de ponerse una cubeta de hielo en la cabeza para bajar nuestras humanas pasiones. El fastidio, el odio, el prejuicio, el rencor, no son contundencia. Y no deberían ganar espacio fácil ni tener licencia absoluta porque se dicen en espacios de opinión. Esa contundencia se gana en base a estar informado, a contextualizar, a repreguntar en el momento oportuno, cuando ese poder que quiere ocultar algo nos quiere tomar como ingenuos. El resto es del televidente, del lector, del oyente. Los hechos, la interpretación de esos hechos (porque no somos simples abridores y cerradores de comillas) son los que mandarán. Los que harán que esa audiencia tome su decisión.
Jorge Ortiz nos hace daño cuando extravía su postura. Cuando va más allá de ese periodista bien formado, de amplia cultura general que es. De ese comunicador que ha desarrollado una carrera interesante por varias décadas en el Ecuador. Jorge Ortiz nos hace daño cuando se deja tentar por la revancha de contestar los insultos que le hacen cada sábado. Debe ser muy difícil su posición. Sin lugar a dudas. La tentación, el coraje, deben ser muy fuertes.
Pero también es difícil la posición de los periodistas que caemos en la etiqueta injusta de la generalización desde el poder. De aquellos que cada vez tienen mayores problemas en las dependencias públicas para acceder a información. De los que reciben insultos día a día con un "prensa corrupta" como caricia auditiva.
Es un asunto para debatir. Vía Facebook, algunos periodistas respondieron a un tweet que generó este post. Les dejo sus reflexiones:

Paúl Mena, Corresponsal en Ecuador de la BBC y profesor universitario
"El rol de los periodistas no es ser oposición ni tampoco servir de cajas de resonancia del gobierno. Los periodistas tenemos que hacer periodismo, ni más ni menos".

Rubén Darío Buitrón, Editor de Información de Diario El Comercio
"No se trata de carisma ni de quién es más fuerte o más débil. Se trata de hacer periodismo y no partidismo de oposición. Por eso yo no creo en el "espíritu de cuerpo". ¿Cómo defender a Jorge Ortiz si desde su espacio en Teleamazonas contraviene los principios básicos del periodismo y con su acción nos hace daño a todos?

José Olmos, periodista de Diario El Universo
"Jorge Ortiz y algunos otros colegas parecen empeñados en dar de comer al hambriento. Hay periodistas que hoy más que nunca luchamos por demostrar que se pueden hacer bien las cosas, que investigamos, que contextualizamos, que nos partimos el alma para hacer buen periodismo. Pero estos otros quieren figurar como los abanderados de la libertad de expresión y caen feo. Ese tipo de ayuda, no, gracias".

Cambia, casi todo cambia

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Tomado de http://huesca.kedin.es

Acaba de concluir el XI Congreso de Periodismo Digital, en Huesca, España. Y como todo evento de este tipo deja conclusiones. Las 9 oficiales las pueden leer acá. Yo les propongo un resumen de la esencia de ellas.

1. Cambian las formas, no las esencias
Hay una transformación del oficio. Y todo cambio genera incertidumbres. Pero habrá que saber sortear el tsunami y entender que el periodismo sigue cambiando en sus presentaciones, en sus formas de comunicar, pero lo que no cambia es su esencia inalterable de búsqueda de la verdad a través de una excelente narrativa (en cualquier formato), con ética e independencia.

2. No hay absolutos
Como en la vida diaria, los absolutos también tienden a ser territorio dañino en el periodismo. No hay recetas mágicas de "así se hace", de "este es el verdadero camino", sobre todo en lo que tiene que ver con la manera de cómo fusionar las redacciones de productos tradicionales (diarios de papel, por ejemplo) con su estructura online. La creatividad con visión, y en base a cada realidad local, será la herramienta principal para cada convergencia por venir. Un proceso inexorable.

3. Hay que gastar suela
La reportería de calle sigue siendo otra esencia del oficio. Pese a todas las herramientas digitales que pueden permitir hacer reporterías online, la cercanía con los hechos es virtud fundamental de un reportero. Hay que formar mejor a los periodistas en la noticia dura. Evitar que caigan en la banalización de la información.

4. Las redes sociales: la revolución dentro de la revolución
La apertura a una retroalimentación instantánea es fundamental como nueva cultura periodística. Las redes sociales son maravillosas herramientas si se las utiliza con creatividad para conseguir información. También pueden ser una plataforma de ataque orquestado contra medios y periodistas.

5. El salto también debe ser económico
Si no hay confianza, no habrá resultados más poderosos. El capital tiene que apostar por modelos mixtos con mayor fuerza en lo digital y perder el miedo a no ganar dinero tan rápido. Hay una verdad indiscutible: la transformación galopante de la forma de hacer periodismo. Cuanto más se demoren, más costo y riesgo tendrá ese capital.

Más información (vía Clases de Periodismo)
- Acá toda la cobertura del Congreso Digital vía Twitter.
- Videos del Congreso de Periodismo Digital

sábado, marzo 13

Las dos caras de Facebook

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Ilustración tomada de http://3.bp.blogspot.com/
Facebook ha devaluado la palabra amigos. La frase la leí de un periodista argentino y me dejó pensando. Es cierto. Cuando uno entra a esta red social, esa especie de manía moderna a la que muchos hemos sucumbido, y ve que tiene 300, 500 o 1.000 “amigos”, pues da para reflexionar.
Hay demasiada libertad en el sí, confirmo, como respuesta a los múltiples pedidos de fulano que “quiere ser tu amigo” y que en el fondo desea ser parte de todo ese mundo voyeur en el que estamos inmersos. Este tema, como todos los que apasionan, genera debates. Juan Faerman, escritor argentino, autor del libro Faceboom, que analiza con dosis de sarcasmo este fenómeno de masas virtuales, tiene su teoría en torno a la notoriedad que ha adquirido este sitio web.
“El éxito de Facebook radica en la palabra amigo. El promedio está en tener 150 amigos. Eso es absurdo, ya que nadie los tiene en la vida real. Son relaciones totalmente diferentes. Facebook es solo el manejo de un avatar que interactúa con otros avatares”, asegura.
Faerman, duro crítico de Facebook, habla de “realidad ficticia”, de búsqueda de mejoras de autoestima y de profundas soledades compartidas.
Cory Doctorow, blogger canadiense, editor de
BoingBoing.net, también tiene una visión sarcástica del concepto de amistad en Facebook. En un artículo titulado ‘Cómo tus espeluznantes ex colegas de trabajo matarán Facebook’, analiza esta temática: “Por cada camarada perdido que me encuentra en Facebook, hay un tipo que me daba tundas semanalmente todo el séptimo grado, pero ahora quiere ser mi pana; o aquel alocado que era divertido en el colegio, pero que ahora es un tristón; o el espeluznante ex compañero de trabajo por el que cruzaría la calle para evitarlo, pero que ahora quiere saber ¿soy tu amigo? Sí o no. En este instante, por favor”.
Esas son las visiones duras, las negativas. Pero también se puede analizar a Facebook con la mirada transformada del Scrooge de Dickens luego de que lo visitaran los fantasmas. Hay, desde luego, un lado positivo. Todo tiene que ver con la manera en que utilizamos la herramienta y le sacamos provecho para lo que queramos.
Facebook puede ser un instrumento poderoso para diversas profesiones. Además de encontrar textos especializados y grupos de profesionales afines, es un potencial vínculo para vender, aprender, compartir...
Lo real es que la comunicación sigue cambiando a pasos acelerados y las interrelaciones también. Ya la consultora Gartner reveló en
un estudio que los días del correo electrónico están contados. Que el inicio de su desaparición será en el 2011 y que las empresas recurrirán a las redes sociales (como Facebook) para su comunicación interna.
¿Cómo estamos cambiando nosotros al comunicarnos? Cada uno mírese al espejo y respóndase si le saca o no provecho a la tecnología.

miércoles, marzo 10

b10 y el periodismo emprendedor ecuatoriano

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Es la hora del emprendimiento, se asegura. Es la hora de arriesgar, porque perder ahora, en medio de tanta experimentación en el campo de la comunicación digital, cuesta menos que lo que costará después. Un después que será muy pronto.
La crisis de los medios tradicionales, sobre todo en las principales economías del mundo, con la significativa baja de la publicidad y la migración de la audiencia a contenidos gratuitos en el internet, está generando cada vez mayor número de apuestas de emprendedores que quieren jugársela por un modelo propio.
Ecuador también tiene estos emprendedores que arriesgan por lograr cambios. Me sigue dando una excelente impresión el sitio web b10.com.ec porque realmente marca una diferencia de los productos periodísticos digitales que se han desarrollado en el país hasta ahora.
b10 (B, por el bicentenario -que celebró hace poco Quito- del inicio del proceso independentista de lo que hoy es Ecuador, y 10, porque es un número relativo a la excelencia, según sus editores) muestra un periodismo hasta ahora no explotado lo suficiente de forma online en el Ecuador. Su apuesta es a los géneros. Olvida definitivamente la noticia, pero potencia el análisis, la investigación, el reportaje, el perfil, la entrevista y la crónica, incluyendo algunas veces una característica interesante a este último género: la reconstrucción histórica. Todo, como mandan los tiempos actuales, enmarcado con un deseo de interacción intensa con sus lectores a través de manejo multimedia y de las redes sociales y blogs con académicos de primer nivel y de diversas posturas ideológicas (predominando notoriamente los profesionales de Quito).
b10, cuyo director es Hernán Ramos, hasta hace poco Editor General de Diario El Comercio de Quito, se suma a otros emprendimientos interesantes en cuanto a cabeceras contemporáneas que hacen exclusivamente periodismo digital. Cito solo dos (hay más, desde luego): Ecuadorinmediato.com, pionero en la actualización constante de noticias o Ecuadorenvivo.com, una herramienta muy útil a la hora de informarse de lo que se dijo en los noticieros de cualquier hora, pero que no se pudieron ver. Su virtud es ser un supermercado de videos noticiosos del Ecuador.
Y hablando de emprendimientos, hoy, la Fundación para un Nuevo Periodismo Iberoamericano (FNPI), ofrece una charla virtual de Mario Tascón, editor de Diximedia, titulada Emprendedores en la red: los retos de crear espacios periodísticos online. Diximedia es la compañía española de donde surgieron el excelente blog de recursos periodísticos 233grados.com, lainformación.com y Practicopedia. Si no la alcanzan a seguirla virtualmente, los resúmenes estarán disponibles en el portal de FNPI.