jueves, junio 17

Quieren que rija la época de la tibieza


Tomado de tinypic.com
El siguiente panorama está a un paso de ser factible en Ecuador. Un día, cualquier periodista de una Redacción de un medio ecuatoriano (más si es de uno independiente y crítico con el poder) podrá recibir en su escritorio una citación.
De repente le dirán que un cabildo o una asamblea popular, manejada por algún dirigente de los "de base" del poder vigente, lo cita para que explique las causas de su reportaje, noticia, o lo que sea que haya producido. Le pedirán cuentas por alguna información que a este grupo comunitario no agradó, consideró inexacta o poco veraz, adjetivo que se maneja repetidamente por los críticos de la prensa que buscan legislarla -no para esa mejora necesarísima por las deficiencias que sí tiene-, sino para acorralarla.
Lo que se pretende con el Consejo de Comunicación es callar a las pocas voces y medios críticos que van quedando. El Consejo, un órgano que será el mandamás de los medios en el país, integrado por dos miembros del Ejecutivo y con cinco más de los que hay derecho a dudar de su independencia, ha sido aprobado en primera instancia, y ahora necesitará solo los votos de la mayoría oficialista en la Asamblea para ser una daga real para la prensa ecuatoriana.
Lo que quiere ese poder es que nos dediquemos a hablar de la farándula. Que insistamos con fiereza en la jerarquización deportiva, en los proyectos televisivos o abundemos en las grandes producciones hollywoodenses. Quisieran que, de repente, nos volcáramos solo a chequear el movimiento de los ciudadanos en los parques, en reconstruir procesos de la sociedad, tan necesarios por supuesto en la prensa. Quieren que nuestros esfuerzos se vean obligados a orientarnos en los extremos banal-enciclopédico, en lo inofensivo, en lo aséptico.
Lo que no quieren son ojos ni oídos en los contratos irregulares, en las emergencias en salud que han movido contratos millonarios pero que no extirpan la ausencia de hasta aspirinas en los hospitales públicos. No quieren ojos, oídos ni talento en el análisis o interpretación (palabra que asusta) de por qué hay una escalada terrible de la delincuencia, de por qué la AFP da la versión al mundo que en Ecuador, hasta de forma online, se contratan a sicarios, o que es evidente que funcionarios de entidades supuestamente independientes reciben órdenes, que acatan con rapidez, desde la tribuna de un enlace sabatino público.
Se viene, entonces, colegas, de pasar esto, una época más dura. Es la época en que nos quieren obligar a la tibieza, al esparadrapo, a voltear la cabeza, a que nosotros mismos nos pongamos las vendas y los tapones de oídos. A no ser que mejor veamos el Mundial u oigamos la música que nos persigue donde vamos y que dice que el país está en marcha.

No hay comentarios: