martes, julio 21

El asesinato de Watergate


Lectores en el día de la renuncia de Nixon tras el caso Watergate, que fue denunciado por el Washington Post.
Tomado de pro.corbis.com

Todos los sábados los periodistas ecuatorianos recibimos una clase magistral del oficio. En las redacciones, allí, en medio de las computadores y los escritorios desordenados con montañas de papel, otros compañeros sabatinos que se unen son dos cantantes argentinos: Piero y Víctor Heredia. "Todos los días, todos los días, los diarios publicaban porquerías...", recuerda el primero. "Mienten, mienten, mienten, ¡qué forma de mentir!", denuncia el segundo.
El primer compañero sabatino es Rafael Correa, el Presidente de la República, con su enlace presidencial en el que informa de sus actividades a sus mandantes. Es él también el profesor de periodismo al que le fascinan los estribillos de los otros dos ya inseparables compañeros. Su cátedra del sábado pasado giró en torno a cómo sólo deben publicarse en los diarios información verificada. Se basa en un artículo de la Constitución, el 18, que lo repite insistentemente.
Así, para él es un error que diario El Comercio haya entrevistado a su ex Gobernador de la provincia de Loja, quien aseguró que sí le había informado al presidente a su debido momento sobre los contratos millonarios de su hermano con instituciones públicas. Es un error, según Correa, porque Nilo Córdova es un "descalificado".
Ese es su argumento, al que añade de manera muy inteligente un juego interesantísimo de lógica. Correa dice que la prensa puede, entonces, si quiere destruir a alguien, entrevistar a un hijo de vecino para que denuncie que tal o cual persona es un narcotraficante. O que él puede "ordenar" a los medios estatales El Ciudadano y El Telégrafo hacer algo parecido. No lo digo yo, allí está la fuente, argumenta el presidente.
Pero analicemos cuál es el argumento que por generaciones han usado los periodistas para aproximarse a una fuente. Aquellos de técnica periodística, de manejo del oficio, de conocimiento del deber ser de este maravilloso campo, que han permitido que esta institución (la periodística) tenga la credibilidad, por varios siglos ya, para que cualquier ciudadano, de cualquier parte del mundo, decida si se mete o no la mano al bolsillo y compre un ejemplar en el que cree.
Uno de los argumentos más sencillo es el de la cercanía de la fuente con alguien, con algo de lo que estamos reporteando. Otro es la credibilidad de esa fuente. A un doctor especializado en corazón le preguntaremos sobre enfermedades cardiacas, obviamente. Y si Nilo Córdova, ex Gobernador de Loja, por consecuencia ex personaje cercano hasta hace muy poco a Correa, nos dice que le advirtió de actos graves en su gobierno al Presidente por los que hoy el país debate profundamente, ¿no es lógico que se asuma esa fuente como importante?
No hay análisis serio, profesional sobre periodismo que pueda asegurar que esa fuente es descartable. ¿Por qué habría de serlo? ¿Porque al presidente no le conviene? ¿porque ahora no está a favor de su tesis? ¿porque denunció irregularidades en las primarias de PAIS en su provincia? ¿Cuándo una fuente es creíble? ¿Cuando es un ministro, un subsecretario o su asesor jurídico? ¿A esas no hay que verificarlas luego de una rueda de prensa?
Si ejecutáramos la teoría periodística de Rafael Correa los diarios tendríamos que salir con bastantes páginas en blanco. O repletas de las voces oficiales, como antaño, con ese periodismo repleto de la verborrea de relacionistas públicas burocráticos.
Con la teoría periodística de Correa, por ejemplo la reserva de la fuente, un principio universal del ejercicio periodístico en diversas democracias, sería un disparate. Con la teoría periodística de Correa, entonces, jamás hubiera existido Watergate. Bob Woodward y Carl Bersntein hubieran tenido que verificar ese primer soplo, ese primer hilo que al principio era solo una pista, que finalmente los llevó a revelar un monumental manejo corrupto de la administración de Richard Nixon, como presidente de los Estados Unidos. ¿Y quién, en la administración Nixon, les iba a decir "sí, claro, son y somos corruptos, hicimos tal cosa, anda publícalo"?
Y sin Watergate, el periodismo no hubiera tenido esa semilla que ha germinado en varias generaciones de perros guardianes que fiscalizan al poder para beneficio de la sociedad. Con errores, por supuesto. Con negligencias y corrupción, desde luego. Sin Watergate no hubiera existido muchísimos de esos periodistas que han destapado la pus en Argentina, Colombia, Perú, Ecuador, Chile, Costa Rica, Venezuela y más. Y que se los sigue necesitando. Que se los necesitará siempre para el bien de las sociedades democráticas.
Son principios universales los que están en juego. Son esencias que tienen siglos de vigencia. Son los derechos fundamentales los que se atacan con esta tesis de Correa. Es el asesinato de Watergate.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Hay buen periodismo en el Ecuador, de eso no hay duda. Hay personas comprometidas seriamente que no buscan cámara. También existen los malos periodistas, los que dan o escriben una noticia para perjudicar a uno u otro político porque su ideología es diferente a la de ellos. También estan los que quieren fama o dinero. Pero este no es el caso de ninguno de los buenos periodistas que he conocido, aquellos que se pasan largas horas fuera de sus casas y solo por el amor a lo que hacen. Conozco de cerca a los que sacrifican dias libres o a la familia, a su vida, y todo por algo en lo que ellos creen.
Talvez Correa no conozca a estos periodistas. Talvez él crea que los que escriben no encontra sino a favor de la verdad, esten pagados, sean horrorosos o bestias salvajes. Lo cierto es que estos pocos periodistas honestos son en parte la voz de los que no tienen voz. Tienen ese poder de llegar a casi todos los rincones del Ecuador.

Y hablando del caso Watergate, no te pierdas de Frost/Nixon, una excelente película que trata justamente la relación de los periodistas/medios de comunicación con el gobierno/poder.
Y también sería interesante que trates el tema de la película en el blog.